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Actualizado: 7 de junio de 2025
Amaba también las flores y las mujeres, muy especialmente a la mujer del prójimo. Era catador insaciable de la fruta del cercado ajeno. Su vida se deslizaba modesta y feliz, regando las gardenias de su jardincito de la calle de Ferraz y seduciendo a las esposas de los amigos.
Ya todos se aprestaban A comenzar la pugna, Asiendo de las garras Con fuerza de titan: Los piés en los estribos Apoyan con pujanza, Y esperan afanosos Del gefe la señal. Las madres, las esposas Contemplan aquel grupo Pendientes del latido Del brazo muscular; Mas derrepente vése Que las manijas sueltan, Y se oye entre el corrillo Sordo rumor vagar.
Sólo aceptamos como gobernantes á las mujeres que saben realizar el mismo milagro que realizaban en tiempos del despotismo masculino ciertas esposas á las que daban sus esposos poco dinero y no obstante mantenían su casa con un aspecto de abundancia y de regocijo.
Los cosacos ajustarán las cuentas á esos bandidos terminaba diciendo con absoluta seguridad . Antes de un mes habrán entrado en Berlín. Y su público, compuesto en gran parte de mujeres, esposas ó madres de los que habían partido á la guerra, aprobaba modestamente, con el deseo irresistible que todos sentimos de colocar nuestras esperanzas en algo lejano y misterioso.
Tenía por ella la respetuosa compasión y la tierna solicitud tributo de los hijos amantes que pagan las deudas de sus padres, desquite de las madres contra las esposas abandonadas, que hace brotar una rosa tardía en su corona de espinas.
Los bravos marinos, al poner el pie en tierra, no despegaban los labios, manteniéndose tan pacíficos como eran bulliciosas y magníficas sus esposas, y ejerciendo la autoridad paternal sobre sus hijos. El marido seguía al pie de la letra la sentencia del poeta romano: «Afortunado de no ser nada en mi casa.»
Actores acostumbrados á cobrar, por ejemplo, treinta pesetas diarias, y cuyas esposas disfrutan habitualmente de un sueldo igual, por el lógico deseo de no separarse de ellas, se avendrían á contratarse por un haber muy inferior. Detalles son estos de gran importancia, y que un empresario ó representante de teatros no debe echar en olvido.
Manda á las esposas, á las hijas y á las mugeres de los creyentes, que cubran con un velo su semblante. Será demostracion de su virtud y preservativo contra los rumores del público. Dios es indulgente y misericordioso. »Vuestras esposas pueden andar descubiertas en presencia de sus padres, de sus hijos, sobrinos, mugeres y esclavos. Temed al Señor, que es testigo de todas vuestras acciones.
Era asombroso ver cuántas caras conocidas encontré esa mañana; pares ingleses y sus esposas, miembros del parlamento, magnates financieros, tiburones de la City, grandes fabricantes y turistas de todas las nacionalidades y condiciones. Su alteza el Conde de Turín, que volvía de los ejercicios, pasó a caballo riendo con su edecán y saludando a todos aquellos que conocía.
Es bonita, no es tonta, tiene tan buenas cualidades como quieras. Adorándome a pesar de todo ¡y Dios sabe si me hago adorable yo! sería constante a toda prueba, me rendiría verdadero culto, sería la mejor de las esposas. Estando satisfecha sería todo dulzura; sintiéndose feliz se tornaría encantadora.
Palabra del Dia
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