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Actualizado: 29 de junio de 2025


Más de quince días hace que me encuentro aquí; fue el 7 de julio el día que vine a establecerme; mi esposo ha estado en la ciudad con Cecilia. Los primeros días creí disgustarme porque no experimentaba el placer ordinario que siento cuando estoy en el campo, pero desde que vine, he ido acostumbrándome poco a poco y me encuentro ya muy bien.

Os engañáis; el rey tendrá ocasión de veros con mucha frecuencia. ¿Como esposo vuestro? Por eso no tiene el rey que veros. Pero como capitán de la guardia española. ¡Ah! ¡conque yo soy capitán! Tal vez después de saber quién sois, no queráis ser soldado: Por el contrario, señora, tengo obligación de servir al rey.

Estas palabras aluden evidentemente á Doña Margarita, hija segunda de Felipe IV, que en su viaje á unirse con su esposo, el emperador Leopoldo I, hizo una visita á su hermana la reina de Francia: el drama es, por tanto, del año 1665 ó 1666.

Pague el traidor con la vida lo que intentó con tan lascivo deseo: sepa el mundo, si acaso llegare a saberlo, de que Camila no sólo guardó la lealtad a su esposo, sino que le dio venganza del que se atrevió a ofendelle.

Y los muchachos contestaban con furiosas cabezadas, chocando algunos la testa con la del vecino, y hasta su mujer, conmovida por lo del templo y la antorcha, cesaba de hacer media y echaba atrás la silleta de esparto, para envolver á su esposo en una mirada de admiración. Interpelaba á toda aquella pillería roñosa, de pies descalzos y faldones al aire, con desmesurada urbanidad.

El Prado de Valencia, El esposo fingido, El cerco de Rodas, La perseguida Amalthea, La sangre leal de los montañeses de Navarra, Las suertes trocadas y torneo venturoso, del canónigo Tárrega. La gitana melancólica, La suegra humilde, Los amantes de Cartago, de Gaspar de Aguilar. El amor constante, El caballero bobo, de Guillén de Castro. El hijo obediente, de Miguel Beneyto.

Jamás podia creer Doña Juana semejante trato en su esposo. La escandalosa escena que acabamos de pintar, no tardó en llegar á oidos de la reina Isabel, y tuvo tan gran sentimiento, que fue la causa de que se agravase mas su enfermedad.

Se lloraba al padre, al esposo, al hijo, que se iban, quizá para siempre; pero que, al irse, se llevaban el pan de los que se quedaban....

Hasta la noche.... Adiós, niñas. Esta noche iré a ver a ustedes. Y Teresa enviaba una sonrisa sin expresión a su antigua señora, como suplicando que no abandonase la tarea de catequizar a su esposo. ¡Buena estaba doña Manuela para tales indicaciones!

¡Vuestro esposo!... exclamó con asombro el duque de Lerma. ; yo soy viuda de un capitán de mar de su majestad, señor. Contadme, contadme cómo fué eso. Cuando llegamos al puerto del Ferrol, don Hugo, que no se había tomado conmigo la menor libertad, á pesar de que yo estaba enteramente sometida á él, hizo venir de tierra unas sastras..

Palabra del Dia

cabalgaría

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