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Actualizado: 7 de junio de 2025


Será posible que contino sea Esclava de naciones estrangeras, Y que un pequeño tiempo yo no vea De libertad, tendidas mis banderas? Con justisimo titulo se emplea En el rigor de tantas penas fieras, Pues mis famosos hijos y valientes Andan entre mesmos diferentes.

Quería arrodillarse ante sus plantas para que la pisara, para que hiciese alfombra de sus encantos: quería servir como una esclava a aquel amante que era el depositario del pensamiento de El, y parecía agigantado por tal tesoro.

La lleva ahí como un triunfador romano a una esclava... detrás del carro de su gloria.... Don Víctor se embrollaba en estas alegorías, pero lo cierto era que él se figuraba a don Fermín de Pas, en medio de la procesión, y de pie en un carro de cartón, como él había visto entrar al barítono en el escenario del Real, una noche que cantaba el Poliuto. Don Álvaro no fingía su buen humor.

Aquella mujer, antes esclava sumisa, se atrevía á desafiar su cólera; luego estaba bien convencida de que no podía vivir sin ella. Devoró su enojo y se guardó en adelante de dirigirle ninguna burla mortificante. Sólo con muchas precauciones y mirándola siempre á la cara se autorizaba de vez en cuando algunas bromitas tímidas y cariñosas que más parecían caricias.

El prelado comenzó a decir con voz clara y solemne: , querida hija, que habéis formado resolución de encerraros para siempre en esta santa casa con propósito de ser toda la vida esclava del Señor... también que vuestra voluntad es firme, y que habéis sabido resistir, no sólo a las vanas seducciones del mundo, sino también a aquellos goces honestos que la bondad de Dios nos permite... Pero la vida, hija mía, en el seno de la mortificación y penitencia suele ser más larga que en el tumulto de los placeres, y mientras nuestro espíritu resida aprisionado en la carne, somos el blanco de graves e incesantes tentaciones...

JARIFA. ¡Ay, dueño de mi cuidado! ¿Posible es que vengo a verte? ¡Ay, mi bien!, mi dulce esposo, Mi Abindarráez, mi señor, Parte sola en quien mi amor Ha dado al alma reposo; Luz de mi alma y sentido, Vida de mi entendimiento, Consuelo en mi sufrimiento, De mil celos oprimido; Rey desta alma y desta casa, Destos brazos gusto, y vida Desta tu esclava rendida, A quien justo amor abrasa, ¿Cómo vienes? ¿Vienes bueno?

Fernando se permitía algunas agudezas de vez en cuando, porque era hombre, como todos saben, que poseía en grado eminente la propensión á la burla, que ha sido siempre constantemente adorno del carácter borbónico. Coletilla, que no acostumbraba á reírse, reía también, por considerar desacato no reproducir en su fisonomía complaciente y esclava todas las alteraciones de la regia faz de su amo.

No querrá Dios que yazga por mucho tiempo esclava la que ha sido el segundo templo del Profeta.» S. Fernando, apenas se vió libre de Aben-Hud, no dudó un instante mas de la victoria.

Sabía lo que era el amor entre los blancos tabiques de un camarote, y quería continuar, fuese con quien fuese, los encuentros de pasión en una de estas cajas de madera, sonando a sus pies el abejorreo de la máquina, oyendo junto al tragaluz el chapoteo de la ola perezosa. Esta mujer venía a él, hermoseada por la noche, humilde y sumisa como una esclava de guerra... ¡tanto mejor!...

Ya no vamos de carrera Por la estendida pradera, Pues somos viejos los dos. ¡Oh mi moro! quiera el cielo Caigamos juntos al suelo Al decir al mundo A dios! «El cuello atado á la servil cadena «Del tirano postrándose á los piés, «Buenos Aires esclava y miserable «Ya no es el pueblo de ochocientos diez

Palabra del Dia

vorsado

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