United States or British Virgin Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y luego su lepra fue limpiada. 5 Y entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, 6 y diciendo: Señor, mi criado yace en casa paralítico, gravemente atormentado. 7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8 Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di con la palabra, y mi criado sanará.

Pues si uno habla tan presto, No falta quien dice: vete, No te vayas, habla, calla, Entrate luego, no entresUna tos que los ahogue Y una mujer que los pele

24 Y luego el padre del muchacho dijo clamando con lágrimas: Creo, Señor, ayuda a mi incredulidad. 25 Cuando Jesús vio que la multitud concurría, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. 27 Pero Jesús tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó.

Creímos que te habías ido al Congo... No pases, no entres; quédate ahí, que nos vas a poner perdidos los suelos, lavados de esta tarde... ¡Bonita vienes!... Quita allá esas patas, mujer, que manchas los baldosines... ¿En dónde está la señora? dijo Nina, volviendo a mirar los diamantes y esmeraldas, y dudando ya que fueran efectivos.

Pues si mi criado te confiesas, mándote que te entres, que lugar hay en este calabozo andante, y que me expliques... Con mil amores, don Francisco; pero esperad, voy á dar á mis bravos muchachos la orden de que nos volvamos á Madrid. ¿Conque á Madrid nos volvemos? De orden superior. Como quien dice, de orden de su majestad el dinero. ¿Pues á quien otro obedezco yo?

Si faltase azada, la cavaré con mis manos....Para la mortaja iré a pedir una limosna en la casa que fue mía, y si hallo la puerta cerrada la derribaré para que entres con tus hijos.... ¡Y el loco también! ¡Haré respetar mi voluntad! Los muertos serán sepultos y amparados los vivos. Se cumplirán todas las mandas que ordené.

Pues ha alquilado el cuarto de la izquierda de la casa en que vas a vivir; el tuyo es el de la derecha. ¡Bah!... no digas desatinos replicó Fortunata, queriendo echárselas de valiente. Deslizose de sus rodillas al suelo la falda de gro negro que estaba arreglando. «Como lo oyes, chica... Allí le tienes. Desde que entres en tu casa, le sentirás la respiración». Quita, quita... no quiero oírte.

Don Fadrique, con ánimo decidido, con verdadero denuedo, se dirigió á la puerta señalada, entró, y la volvió á cerrar. No bien desapareció D. Fadrique, llegó la criada. ¡Hola! dijo el P. Jacinto. ¿Está Doña Blanca sola? , padre. ¿No entra su merced á verla? No; más tarde. Déjala tranquila. No entres ahora, que estará ocupada en sus negocios. No la distraigamos. ¿Está Clarita en su cuarto?

Pepay, no por ser industrial deja de ser india; así que su actividad á lo mejor se convierte en pereza, y sus ahorros, planes y cálculos se pierden en la inercia, en una apuesta de un gallo ó un entrés contra una sota. Pepay difiere poco de Angué; es preciso fijarse mucho para distinguir la india que compone la aristocracia del dinero, á la que caracteriza la del trabajo.

¡Quita allá, zalamera! repuso él dándole una palmadita afectuosa en la cara y apartándose. No entres todavía respondió ella tirándole de la manga de la chaqueta. ¿Va á ser todo ahora? ¡Deja algo para luego! Y con una leve sacudida se zafó, empujó la puerta y entró en el pequeño compartimento.