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Actualizado: 18 de julio de 2025


Ayer estuvo la Jacinta en casa de D. Plácido... Quería subir a verle; pero esa otra, la santona, le dijo que otro día, por si te remontabas... Conque vete enterando... ¡Ah! ¡Quién me lo había de decir!... Todavía me he de ver yo cogida al brazo de don Baldomero, dando vueltas en la Castellana... ¡y poco charol que me voy a dar...! Si es una comedia... date tono, no seas boba... que si sabemos aprovecharnos, de esta hecha vamos para marquesas».

Tengo que estar a la mira de mi pleito. El abogado me ha dicho que lo ganaré si tengo paciencia. Ya se ha hecho lo que llaman la réplica, y luego que la señora presente su dúplica, vendrá la prueba... Ya ves, me voy enterando de estas cosas fastidiosas. ISIDORA. Es el principal móvil de mi vida. Cuando consiento en separarme de ti por pleitear, figúrate si es cosa de importancia.

¡Tal vez era posible que estuviera en posesión de la clave del problema que teníamos allí desplegado, y que se estuviese enterando del secreto de Burton Blair, mientras nosotros permanecíamos ignorándolo! De pronto, el anciano y enjuto marino se enderezó, y, mirándome, exclamó, con una sonrisa de triunfo: Mire, señor Greenwood; aquí hay cuatro palos, ¿no es verdad?

Tu madre y yo hemos hablado muchas veces aquí de esos fregados; pero no eran asunto que debía quitarme el sueño, ni cosa de llamarte a ti para que te fueras enterando... ¡Ojalá lo hubiéramos hecho!... Y he aquí, hijo mío, por qué no te culpo de lo que te pasa, y las razones que tengo para apoyar a tu madre en lo que te ha dicho.

Estaba enterando a mi amigo de los secretos de la casa y descubriéndole el carácter y las mañas de cada una de ustedes. Se hallaba usted sobre el tapete. Le diría usted alguna sandez, como si lo viera. Muchas gracias; le estaba diciendo ahora mismo que sentía en el alma no poder corresponder al amor de usted. Si usted hubiera llegado antes...

Tuvo mamá en un tiempo la ilusión ¡qué tontería!, de casarme con él. Yo tenía dieciocho años, él treinta y pico. ¿Te vas enterando? Fortunata atendía con toda su alma. «¿Quieres que te hable con franqueza?

Y eso también es público en el Madrid que hace y deshace reputaciones... ¿Te vas enterando? Adelante dijo el pobre mozo con heroica resolución, medio tragado ya por la boca del negro abismo.

Palabra del Dia

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