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Actualizado: 17 de junio de 2025


Engañarse engañando abunda en delicados rasgos psicológicos. Un Duque castellano desea vehementemente casar con la princesa del Bearn á su hijo mayor, que es Marqués; pero éste es enemigo de las mujeres, y sólo desea vivir en un desierto solitario.

Pero es preciso decir también que cierta parte de la comunidad había comenzado últimamente á considerar de un modo distinto las relaciones entre el Sr. Dimmesdale y el misterioso y anciano médico. Cuando una multitud ignorante trata de ver las cosas con sus propios ojos, por su cuenta y riesgo, corre grave peligro de engañarse.

La segunda es, que los hombres que alegan á su favor la experiencia, no han de ser creidos hasta que conste que en el exercicio de los experimentos pusieron el cuidado que es necesario para no engañarse. ¡O! dicen algunos, Fulano es gran Médico, porque tiene ya muchos años de práctica.

Seguía negando su estado, como si fuese asunto de honor, como pudiera negarlo Marta si se viera en una por el estilo; pero negaba no por convicción, sino por engañarse a misma.

Segunda parte de las comedias de D. Guillén de Castro: Valencia, por Miguel Sorolla, 1625. Engañarse engañando, El mejor esposo, Los enemigos hermanos, Cuánto se estima el honor, El Narciso en su opinión, La verdad averiguada y engañoso casamiento, La justicia en la piedad, El pretender con pobreza, La fuerza de la costumbre, El vicio en los extremos, La fuerza de la sangre, Dido y Eneas.

No me exija el lector una exactitud que tengo por imposible, tratándose de sucesos ocurridos en la primera edad y narrados en el ocaso de la existencia, cuando cercano a mi fin, después de una larga vida, siento que el hielo de la senectud entorpece mi mano al manejar la pluma, mientras el entendimiento aterido intenta engañarse, buscando en el regalo de dulces o ardientes memorias un pasajero rejuvenecimiento.

Máximo respondió tristemente: ¿Quién sabe si no empieza uno por engañarse a mismo?... Pero no he querido hablar con usted para disertar sobre psicología sentimental, sino para pedirle perdón. ¿Ha sospechado usted de , verdad? dije sonriendo. Así debía ser, pues las apariencias estaban contra . Y le importaba a usted poco, confiéselo. No tan poco, puesto que tuve una gran pena.

Todo esto lo decía Lucía con mil rodeos y disimulos; pero el Comendador, si bien lo comprendía, juzgaba aún que ella podía engañarse y tomar por amor otros sentimientos de respeto y afección casi filial; por donde no hallaba justo ni honrado prevalerse tal vez de una alucinación de aquella linda muchacha para lograr lo que consideraba una felicidad para él.

Y la Inquisición hame obligado, después de haberme enderezado una severa y dura amonestación, a que a buscar venga al tal rapista, y ante él me ponga, y perdón por el desaguisado que dicen que contra él he hecho, y que sin duda he debido de hacer, porque la Inquisición no se engaña ni puede engañarse, le pida.

Mas el ansia de ser amado, de engañarse con dulces ilusiones, el egoísmo varonil, inclinado siempre á creer en una predilección en favor suyo, se sublevaron en Fernando. No, doctor: me quiere. Tengo pruebas.

Palabra del Dia

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