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Actualizado: 22 de mayo de 2025


Por último, de entre estas fiestas se desprende al fin la terrible Mazorca, cuerpo de Policía entusiasta, federal, que tiene por encargo y oficio echar lavativas de ají y aguarrás a los descontentos primero, y después, no bastando este tratamiento flogístico, degollar a aquéllos que se les indique.

Yamandú, dice el perro que se llama, Que arriba ya tratamos su manera, Y que Juan de Garay le quiere y ama, Por donde le encargó aquesta ligera. Que de nuestra venida tiene fama, Y que con la respuesta all

Lo que yo le encargo es que mire cómo gobierna sus vasallos, advirtiendo que todos son leales y bien nacidos.

Así lo he hecho yo y así espero que lo haga él. Es joven y tiene el mundo por delante; que trabaje y se haga hombre...» Hijo mío, yo cumplo el encargo. Espero que no te ofenderás por ello. Mario quedó tan aturdido que no habló una sola palabra. Las de su suegra le sonaban en el cerebro como martillazos.

Don Simón, nuevo en el oficio, hallaba en cada trámite casos y cosas que le aburrían, quizás más que las dificultades materiales del camino. Tenía encargo especial de su estado mayor de saludar cortésmente a todo viandante que se cruzara con ellos, y así lo hacía el santo varón, por aquello de que «donde menos se piensa se adquiere un voto».

Cuando somos niños, y un nuevo ser viene al mundo en nuestra casa, las personas mayores nos dicen que le han traído de Francia, de París o de Inglaterra. Engañado yo como todos acerca de tan singular modo de perpetuar la especie, creía que los niños venían por encargo, empaquetados en un cajoncito, como un fardo de quincalla.

A pesar de lo cual, la personalidad artística y social del maestro debió de merecer tal respeto a sus conciudadanos que llegó a ser alcalde y veedor del oficio de pintores, y el Santo Oficio teniendo atención a su cordura y prudencia le encargó que tuviese particular cuidado de mirar y visitar las pinturas de cosas sagradas que estuviesen en sitios públicos, dándole para ello comisión, cual se requiere de derecho.

La suerte se encargó de reanimar acto seguido su confianza. El banquero ganaba otra vez, llevándose todas las sumas depositadas en ambos paños de la mesa. Pero esto no convenció al príncipe. Continuaba sintiendo miedo, y su inquietud le hizo ser brutal. Se colocó á espaldas de Spadoni para hablarle discretamente, mientras miraba en otra dirección.

Cuando el camarada tuviese el recibo en su poder, debía enviárselo por correo para su tranquilidad.... Y le entregó unos cuantos pesos más por la molestia que le pudiese ocasionar el encargo.

No en vano dicen que la sombra es lo que hace que el sol sea deseable. ¿Hay inconveniente en que hagas comprender a Antoñita que nos prestaría un señalado servicio alejando de aquí por un rato a la señora Braun? Me parece que se queda aquí más por costumbre que por prudencia, y no creo que tu padre le haya dado el encargo de vigilarnos.

Palabra del Dia

bagani

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