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Actualizado: 28 de julio de 2025
Así que este astro desaparece debajo del horizonte, el cielo se oscurece poco á poco, toma tono azul más profundo, y empiezan á distinguirse, acá y acullá, unos puntos luminosos cuyo número va aumentando á medida que la noche se hace más completa. Esos puntos luminosos, cuyo brillo no es idéntico, son las estrellas.
¡Ea, basta de quejas, puñales, porque si no me pondré á llorar! gritó alegremente el P. Camorra. Nosotros no nos quejamos y no tenemos ni haciendas, ni bancos. ¡Y sepan que mis indios empiezan á regatear los derechos y me andan con tarifas!
Ella había deseado el matrimonio por hacer como las demás, por adquirir el respeto y la libertad de una mujer casada, sintiendo únicamente hacia su esposo un vago agradecimiento. «Terminamos por donde otros empiezan», decía Desnoyers. Su pasión tomaba todas las formas de un amor intenso, creyente y vulgar.
Pero, según parece, empiezan á no tenerla; y el día que exijan realidades y no esperanzas, el día que Fontenoy tenga que presentar con claridad la verdadera situación de sus negocios... entonces... Robledo se levantó muy tarde; pero aún pudo admirar el suave esplendor de un día primaveral en pleno invierno. Una neblina ligera saturada de sol extendía su toldo de oro sobre París.
Su elevacion raya en 50 metros, sobre una latitud de 44 y un espesor de 22 ó 23. Napoleon puso la primera piedra en 15 de Agosto de 1806, y se terminó en 1832, bajo Luis Felipe. Las sombras de la noche empiezan á indicarse, dejando en el aire cierto tinte oscuro, como si empañasen el ambiente.
Es natural... El hombre bien criado y la mujer ordinaria no emparejan bien. Pasa la ilusión, y después ¿qué resulta? Que ella huele a cebolla y dice palabras feas... A él... como si lo viera... se le revuelve el estómago, y empiezan las cuestiones. El pueblo es sucio, la mujer de clase baja, por más que se lave el palmito, siempre es pueblo. No hay más que ver las casas por dentro.
Diez días para llegar a Río Janeiro, la escala más próxima: ¡diez días de vida común! ¡Toda una existencia cuyo vacío había que poblar con diversiones y nuevas amistades!... Y la fiesta del cumpleaños del Emperador, la primera del viaje, difundía por el buque un regocijo de escolares que empiezan sus vacaciones.
Las convulsiones empiezan generalmente por los dedos de las manos y de los piés, por las estremidades. Algunas veces son generales; el sistema muscular está en movimiento como por una fuerza estraña, y se observan estremecimientos convulsivos aun durante el sueño.
Las plantas de jazmines parecen cubiertas de blanca espuma, las rosas primaverales abren sus cálices, y los botones de los tilos empiezan a abrirse. Gertrudis, sentada en el emparrado, ha dejado caer su labor sobre las rodillas y se abandona al ensueño. El perfume de las flores, el calor del sol le han turbado la cabeza; pero poco importa eso.
Primeramente, Castro... Luego, Novoa. Hasta el coronel estaría en aquel momento paseando ante la tienda de una modista, á la espera de la chica del jardinero. Quedaba Spadoni, pero su fidelidad valía poco. Para él no existía otro femenino que el de la ruleta. Se detuvo el carruaje más allá del Museo Oceanográfico, donde empiezan los jardines de San Martino. Alicia pagó al cochero.
Palabra del Dia
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