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Actualizado: 2 de junio de 2025


Descendimos por la parte contraria y nos hallamos muy luego internados en los bosques. Seguimos entonces una estrecha calzada, cuyo empedrado desunido y escabroso ha debido resonar bajo el pie herrado de nuestros caballos.

Pasaban lujosos equipajes, camino de Palermo; en la calle, demasiado estrecha, no había espacio para todos: al lado de elegante victoria, marchaba enorme carromato, cargado de cajones, o de pipas o de sacos, dando tumbos en los baches del empedrado, con espantoso chirriar de ruedas; se encabritaban los caballos, juraban los cocheros, y había linda cabeza que se asomaba a la portezuela, con inquietud o impaciencia.

Una noche, tuvo el capricho de visitar Pompeya a la luz de la luna. Es una ciudad por mi estilo dijo con una sonrisa amarga ; es justo que los muertos se consuelen entre . Fue preciso arrastrarla por espacio de dos horas sobre el empedrado desigual de la ciudad muerta. Hubiera sido un paseo delicioso para un corazón alegre. El día había sido hermoso; la noche era casi tibia.

Pero, ¿desde cuándo acá los impuestos municipales se emplean entre nosotros, nobles hijos de los españoles, en el objeto que determina su percepción? ¿Cuánto pagaba hasta hace poco un honrado vecino de los suburbios de Buenos Aires por impuesto de empedrado, luz y seguridad, para tener el derecho de llegar a su casa sin un peso en el bolsillo, tropezando en las tinieblas y con el barro a la rodilla?

Los caballos partieron a escape, haciendo bailar el coche ásperamente por encima del empedrado desigual de la villa. Gonzalo no advirtió siquiera aquel movimiento que le sacudía rudamente las visceras, ni el tránsito a la carretera al dejar la población. Toda su atención estaba fija, concentrada en un punto. ¿Sería verdad, o no?

Y sinembargo, allí viven como seiscientas familias que pudieran llamarse una población de armadillos humanos, Allí está la vida, pero la vida subterránea y entre harapos. Imagínese una serie de calles sin empedrado, caracoleando en anfiteatro al derredor de una colina por tres de sus lados.

La escollera de Maliaño, la estación del ferrocarril, el nuevo empedrado y otras reformas hechas precisamente mientras duró la condena de los pilluelos, era lo que ellos no podían comprender; mas lo que extravió sus razones hasta el extremo de llegar al espanto, fué la aparición, por la Peña del Cuervo, de un monstruo silbando y arrojando nubes y fuego por la cabeza.

Este soportal, que bien merece los honores de pórtico, contrasta notablemente con el de las casas que le siguen, bajo y estrecho, y sostenido por pilares redondos y toscos sin ornamento alguno. También se observa la misma diferencia en el piso, que en el soportal de que hablamos es de losa bien aderezada, mientras los demás ofrecen solamente un incómodo pavimento empedrado de guijarros.

A la menor claridad subían al puente con sus álbumes para dibujar unos paisajes que parecían plum-puddings. Después de una eterna travesía de cinco días, el vapor nos condujo por fin a buen puerto; no habíamos tenido siquiera la distracción de un naufragio. El camino de la vida está empedrado de decepciones.

Se abrió la gran puerta de la cerca vieja, y los caballos arrancaron chispas del piso empedrado de la quintana vieja, despertando con el ruido resonancias en el silencio del palación cerrado y vacío.

Palabra del Dia

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