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Actualizado: 15 de julio de 2025
Indiferente a los otros jóvenes, mariposones de casinos o estrellas de playa que exhibían sus gracias en las partidas de tennis y empleaban su ingenio en las sabias combinaciones del cotillón. Blanca respondía ingenuamente a las bromas de su hermano que le instaba a elegir un novio. No hay ni uno que se parezca a ti... En ese caso... ¿Por qué no después de todo?
Cuando cayó la pieza, el oficinista dijo á Rojas: Hemos ganado, don Carlos, y podemos elegir el sitio. El marqués, que había traído bajo un brazo su célebre caja de pistolas, la dejó abierta sobre la hierba. Cargó las dos armas con minuciosa lentitud, sacando á luz de nuevo la misma moneda para que el azar decidiese por segunda vez.
Llevan nueve meses en sus entrañas el fruto de sus amores, y amamantan á su hijuelo otros cinco ó seis, enseñándole á nadar, á pescar, á elegir los alimentos más suculentos; y tendríalo más tiempo á su lado si el marido no se volviera celoso: éste le expulsa, temeroso de que la harto débil madre no le dé en él un rival.
2 Elegir el enemigo, de D. Agustín de Salazar y Torres. 3 El arca de Noé, de D. Antonio Martínez, D. Pedro Rosete y D. Jerónimo Cáncer. 4 La luna de la Sagra, Santa Juana de la Cruz, de D. Francisco Bernardo de Quirós. 5 Lavar sin sangre una ofensa, de D. Ramón Montero de Espinosa. 6 Los dos monarcas de Europa, de D. Bartolomé de Salazar y Luna.
Aleccionada por su propia vida, Cristela resolvió elegir su nuera por el alma y no por el rostro. Lo malo es que el príncipe no lo deseaba así. Con la imprudencia de su juventud, gustaba de las mujeres bonitas, sin importársele un comino de las bellezas del alma. Pero Cristela era mujer enérgica y hábil, si la hubo.
Solo te ruego que me dejes a mí elegir el mío y que no te empeñes en que yo acceda a lo que el general ayer me proponía. Te lo confieso; hay un tal Narcisito, que a pesar de que ahora se está conduciendo conmigo muy mal, y por ello debiera yo aborrecerle, me tiene perdidamente enamorada, y no lo puedo remediar.
Tened paciencia, Marta, todo depende de vuestra voluntad y resolución de espíritu: se os deja el derecho de elegir; estáis llamada a decidir vos misma vuestra suerte. Sí, sí, conocéis hasta qué punto puede y debe extenderse el sacrificio de una madre; pronto vais a saberlo, porque contáis para ello con un medio infalible.
La sombra de la Residencia madre, de aquel edificio semejante a un cuartel, en el que se reunían los comisionados del jesuitismo, llegando de todos los puntos de la tierra, cuando había que elegir un nuevo General de la Orden, parecía proyectar su sombra sobre el valle y las montañas, formando los pobladores á su imagen.
La buena baronesa no había querido confiar á nadie la tarea de elegir y empaquetar cuidadosamente las ropas y efectos de su esposo; todo lo había dispuesto ella misma, á excepción de las armas. Y eran de oir las instrucciones que daba á Roger y á los otros escuderos, al encomendarles la persona del barón. Creo que nada se ha olvidado, iba diciéndoles. Te lo recomiendo mucho, Roger.
Lo que sí te prometo es que, ese día, el día que yo le cobre las cuentas a Eneene de la manera que te he indicado, hago saltar la Bolsa en seguida, y si no ese día, la víspera, cuando no haya empezado el alboroto todavía: he de elegir la hora en que todos los especuladores estén reunidos tramando sus picardías: ¡ya subirán todos más alto que el mismo oro! te lo advierto, para que te cures en salud y no vayas por allí.
Palabra del Dia
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