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Se hizo un silencio; pero el laconismo del ruso no fué de larga duración. Sintió la necesidad de expresar su entusiasmo por el soñador de la roca marina de Patmos. El poeta de las visiones grandiosas y obscuras ejercía influencia, á través de dos mil años, sobre este revolucionario místico refugiado en el último piso de una casa de París. Todo lo había presentido Juan.

Hemos dicho que había ido pasando, y no es verdad; D. Marcelino los había ido adquiriendo todos merced á una serie de trabajos más espantables que los de Hércules y librando en cada uno una batalla de suprema delicadeza y habilidad. Á la hora presente ejercía todos los que no eran incompatibles por la ley y algunos también de los que lo eran.

El marqués no estimaba tanto al espabilado Simón por su destreza en el desempeño del cargo que ejercía, como por el talento singular que mostraba para oírle y atenderle, para pescarle los detalles más finos de sus peroraciones a destajo, y hasta para moverle a extenderlas y elevarlas.

Viviendo en Biarritz intimó con Atilio Castro al descubrir que eran parientes por el general Saldaña. El español admiró la fascinación que ejercía el príncipe sobre todas las mujeres, muchas veces sin desearlo. Jamás en ninguna época había sentido la hembra más afición al lujo ni menos escrúpulos para conseguirlo. Esta era la opinión de Castro.

Seguramente que el levitón de don Raimundo no ejercía atracción tal sobre Jacinto y Quilito y el grupo de congresistas de la calle Piedad, que capitaneaban; al contrario, era odio mortal, era terror pánico, lo que experimentaban así que le veían acercarse, dando el hombre tropezones a causa de su miopía.

Entregóse á la mas desenfrenada arbitrariedad, creó nuevos tributos, vejó todos los dias mas y mas á los hijos de tu pueblo. ¡Inútiles esfuerzos! las exigencias de esa turba de sicarios crecieron á proporcion de la generosidad que con ellos ejercia: no pudo ni aun con ese sistema de opresion encontrar medios para cumplirlas.

El candidato de mi tía ejercía sobre ella la influencia de un profeta: no concebía que delante de su figura inspirada y magnífica pudieran levantarse adversarios; mi tía, como he dicho, era de una virtud agria e indomable, pero, cuando se hablaba de su orador y de su poeta, una especie de delirio alarmante la invadía, y si hubiera sido joven y bella y su ídolo le hubiera dado una cita a media noche, habría ido, loca de amor, a rendirse a sus caricias omnipotentes, porque perderse con él no habría sido para ella una falta sino el cumplimiento de un deber inexcusable.

Quería romper, si ya era tiempo, la fascinación que sobre ejercía, considerándola no sólo peligrosa para mi reposo, sino, lo que es más, desleal hacia ti.

No quiso decir más, aceptando con gruñidos de borracho los cuidados paternales de Juanito, que hizo todo cuanto supo para curarle las contusiones. El pobre muchacho, al ver a su hermano cruelmente aporreado, sintió renacer el cariño de otros tiempos, cuando ejercía de niñera, sacrificándose en el cuidado de sus hermanitos.

Hacía algún tiempo que había escaseado sus visitas, no porque el duque no le hubiese recibido perfectamente, ni porque dejase de ejercer sobre el veterano la misma irresistible atracción que ejercía en todos los que se le acercaban. Pero como era regular, don Modesto se había impuesto la regla de no presentarse ante el duque, general y ex ministro de la Guerra, sino de rigurosa ceremonia.