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La ciencia es vana y jamás llegará á lo íntimo de las cosas. ¡Oh, Dios! ¿será posible algún día demarcar fijamente la esfera de lo inanimado? ¿Lo inanimado, dónde empieza? Atrás los pedantes que, deteniéndose delante de una piedra ó de un corcho, le dicen: « no tienes almaSólo Dios sabe cuáles son las verdaderas dimensiones de ese Limbo invisible donde yace todo lo que no ama.

¿Yo mujer de un albéitar?... Isidora, mira que te cojo... y ni tu tío el Canónigo te saca de mis manos. Basta de bromas. ¡Vaya, que te tomas unas libertades!... Nuestros gustos son diferentes. Su gusto de usted, señora, se amoldará al gusto mío. Eso se lo enseñará a usted mi secretario, que es una vara de fresno. ¡A ! exclamó ella con brío, deteniéndose y mirándole.

Formando ángulo recto con el Real Colegio de Loyola, hay otro edificio construido en la misma época, que llaman la Hospedería; allí suelen albergarse los viajeros que acuden a visitar el santuario, y allí pensaba Currita partir la jornada, deteniéndose a comer, descansando un par de horas y prosiguiendo su camino hasta Zumárraga, para alcanzar el tren expreso para Madrid, que pasaba a las cinco y media.

Acabada la misa, vuelto el sacerdote a la sacristía, apagados los cirios y dispersos los asistentes, Elena se levantó y dio la vuelta a la iglesia deteniéndose en cada altar pare una oración o una reverencia. Hasta la vi enviar piadosos besos a sus santos favoritos.

Con estas prevenciones, y con un conocimiento suficiente de las Artes y Ciencias puede hacerse el viage con provecho, deteniéndose en los lugares, donde pueda instruirse el tiempo necesario para enterarse de las cosas importantes de cada Pais.

En lugar de decir un Padre nuestro decía una Salve, y se trastornó de tal modo el rezo, que al cabo de un momento se encontraron perdidas en un laberinto sin saber en qué parte del rosario se hallaban. ¡Ah, qué cabeza la mía!-dijo la santa deteniéndose; pero ¡ay! con la conversación de usted me he distraído. Sigamos.

El tumulto de que poco antes hablé, continuaba más reciamente, y algunas personas atravesaron a toda prisa la plazuela. Entre éstas vi un hombre, un caballero que azorado y con miedo corría, volviendo la vista atrás, deteniéndose a cada dos pasos, y vacilando luego sobre qué dirección tomaría.

Ayer me gustabas más. Dicho esto, le tiende la mano para darle los buenos días, y baja apresuradamente la escalera, divirtiéndose en esparcir delante de ella una lluvia de harina. Al pasar por delante de la habitación que Martín llama su despacho, su rostro toma una expresión misteriosa, y deteniéndose, levanta las dos manos en el aire, como para conjurar un espíritu.

Me gustaría verla: debe ser algo curioso. La mirada de Toledo vagó indecisa por el pecho de aquel oficial, como si inventariase sus condecoraciones, deteniéndose en las estrellas que moteaban la cinta rayada de su Cruz de Guerra. Cada una de ellas era símbolo de una hazaña. Cuando el teniente lo presentó á sus padrinos, continuaron las desorientaciones de don Marcos.

¿Quiere usted un rompimiento? exclamó deteniéndose de repente y mirándome a la cara, pues íbamos juntos por los paseos del bosque, delante del grupo de nuestros amigos, que no podían oírnos. Mi corazón flaqueó y no pude soportar el desafío de su mirada ni el brillo de su belleza.