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Actualizado: 7 de septiembre de 2025
El descenso no es siempre fácil, desgraciadamente; se da vueltas con la cuerda alrededor de sí mismo, se enreda en las matas de helecho, que el peso del cuerpo rompen, se choca varias veces contra la roca llena de asperezas, y con la ropa se enjuga el agua fría que las paredes rezuman.
Esta carta, donde al través de la firmeza y naturalidad de los conceptos, se entrevía una mano temblorosa y unos ojos nublados por las lágrimas, conmovió hondamente a nuestro héroe, y le hubiera conmovido aún más, hasta el punto quizá de marcharse aquel mismo día a Pasajes para pedir perdón a Maximina y hacerla su esposa, si desgraciadamente aquél no fuese un día crítico y terrible de su existencia.
Pero bajo el punto de vista artístico la Catedral llama de preferencia la atencion, por ser, en algunas de sus partes, una de las mas bellas de Alemania, aunque desgraciadamente rodeada de edificios que la esconden en la parte inferior y le hacen perder su perspectiva por un lado.
En cambio, reina desgraciadamente una costumbre que los mismos colombianos califican de salvaje. A pesar de toda mi simpatía y cariño por ellos, no puedo desmentirlos. Un hombre insultado en su honor o en su reputación, hace lealmente decir a su enemigo que se arme, porque lo atacará donde lo encuentre.
Desgraciadamente no pudieron realizarse por una alteración funesta de los nervios de la esposa del fisiólogo. D.ª Carolina no tenía noticia de la compra del mono. D. Pantaleón, que sabía cuán poca simpatía le inspiraban los adelantos de la ciencia, había cuidado de ocultársela.
Entre éstos, Quesada, el más notable, recogió las principales leyendas, y aunque desgraciadamente su manuscrito se perdió, los historiadores primitivos del nuevo reino de Granada las han conservado salvándolas del olvido.
Un licenciado de presidio se parece en todo a un hombre honrado. Se viste como quiere y ejerce la profesión que se le ha enseñado. Desgraciadamente casi todos han aprendido a robar. ¿Pero habrá buenas gentes entre ellos? No muchas. ¡Figúrese usted, con la educación del presidio! Además, les es bastante difícil ganar su vida honradamente. ¿Por qué?
Desgraciadamente ha desaparecido este proceso. Pérez Pastor prueba cumplidamente la identidad de esta doña Isabel de Alderete con doña Isabel de Urbina y Cortinas, primera esposa de Lope de Vega.
Pero desgraciadamente, la diferencia que existe entre los necios y los hombres de talento, suele ser sólo que los primeros dicen necedades, y los segundos las hacen: mi amigo entró en sociedad, y a poco tiempo hubo de enamorarse; los hombres de imaginación necesitan mujeres muy picantes o muy sensibles, y esta especie de mujeres deben de ser mejores para ajenas que para propias.
Había estado todo el día y la noche anterior en casa de Candelaria que tenía enferma a la niña pequeña. Mal humorada y soñolienta, deseaba que la ópera se acabase pronto; pero desgraciadamente la obra, como de Wagner, era muy larga, música excelente según Juan y todas las personas de gusto, pero que a ella no le hacía maldita gracia. No lo entendía, vamos.
Palabra del Dia
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