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Actualizado: 11 de julio de 2025
14 El atribulado es consolado de su compañero; pero se ha abandonado el temor del Omnipotente. 16 que están escondidas por la helada, y encubiertas con nieve. 17 Que al tiempo del calor son deshechas, y en calentándose, desaparecen de su lugar; 18 apártanse de las sendas de su camino, suben en vano y se pierden. 23 y libradme de la mano del angustiador, y redimidme del poder de los violentos?
Desaparecen como si la tierra las hubiera sepultado, perdiéndose el rastro de los núcleos más importantes, en los caminos, y de tarde en tarde un grupo incendia un indefenso poblado, ó asalta una cantina; salen las tropas en su persecución y siguiendo la huella que sus caballos dejan en el lodo, llegan por lo regular á un lugar donde esas huellas se multiplican tomando distintas direcciones, y dejan indeciso y sin saber qué rumbo tomar al jefe de la columna.
Los endecasílabos, no rimados, desaparecen casi enteramente, y en cambio predomina el romance, que se usa también en el diálogo. La discreta enamorada y La dama melindrosa personifican esta clase. No es necesario advertir que Lope conserva hasta el fin de su carrera dramática la exuberancia y vivo fuego de su imaginación, y su habilidad para inventar y trazar los planes de sus obras.
Mañana le da un disgusto la política á un hombre como usted; pues se mete en su casa muy tranquilo, diciendo: ¡Ahí queda eso!... Además, no es fácil comprender hasta qué punto facilita el camino de los altos puestos la circunstancia de gozar una buena renta el que los solicita... Créame que, averiguado que un hombre es rico, los obstáculos desaparecen de su vista como por encanto... Pero así que se susurra que es pobre, todo el mundo corre á ponerle el pie delante para que caiga de narices.
Pero en medio de la absurda hipótesis, la conciencia que no desaparece porque no puede desaparecer, se siente arrastrada tambien por el violento torbellino que lo arroja todo á las tinieblas del caos; en vano se esfuerza por conservar sus ideas, todas desaparecen por la fuerza de la contradiccion; en vano hace brotar otras nuevas para sustituirlas á las que va perdiendo, desaparecen tambien; en vano busca objetos nuevos, desaparecen tambien; y ella misma no continúa sino para sentir la imposibilidad radical de pensar nada; solo ve á la contradiccion que señoreada de la inteligencia, destruye con fuerza irresistible cuanto se quiera levantar.
Cruza la plazuela de la Catedral, atraviesa la Rúa, llega al caserón. El escudero le espera a la puerta. Uno y otro desaparecen por el postigo. Habiendo despedido a su paje con algunos doblones y convenido con Medrano el día en que habían de encontrarse en el pueblecillo de Cebreros, Ramiro abandonó la ciudad, al día siguiente, a la hora del alba. Escogió para salir la puerta de Antonio Vela.
Al lado de las combinaciones métricas indicadas, de uso más general, se encuentran otras muchas, no tan comunes como aquéllas, que se hallan en parte á menudo en los dramáticos más antiguos de este período, y desaparecen luego poco á poco, al paso que otras sólo se ven raramente, y como por vía de excepción.
Pensamos y no comprendemos lo que es el pensamiento; bullen en nuestro espíritu las ideas, é ignoramos lo que es una idea; nuestra cabeza es un magnífico teatro donde se representa el universo con todo su esplendor, variedad y hermosura; donde una fuerza incomprensible crea á nuestro capricho mundos fantásticos, ora bellos, ora sublimes, ora extravagantes, y no sabemos lo que es la imaginacion, ni lo que son aquellas prodigiosas escenas, ni como aparecen ó desaparecen.
Así se suceden en una serie de inmersiones los troncos que no ha mucho se balanceaban en el bosque, produciendo murmullos que eran la voz del monte. Todos los ruidos aislados se pierden en el estruendo de ese lago y esa selva que desaparecen juntos por el sonoro valle.
Lenta y gravemente se adelanta su magnífico caballo... Pero no va nadie en la silla. En lo alto de la escalinata aparecen cuatro sombras, y desaparecen al punto en las tinieblas. ENRIQUE. ¡Adiós, amor mío! ELSA. ¡Un momentito más! ENRIQUE. Están ya a la puerta. Hemos convenido en que si yo no los respondo a la tercera llamada, invadirán el patio del castillo.
Palabra del Dia
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