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Actualizado: 14 de noviembre de 2025
¡Ah! exclamó mi tío golpeándose en la frente. ¡Pobrecita! ¿Quién lo hubiera creído?... ¿Será posible? ¡Ya me lo había sospechado! ¿Y por qué no? Cualquiera, conociéndolo a usted... ¿o pensaba usted... que, casándose con una muchacha como esa, no?... ¡Oh! no, no contestó mi tío con cierto orgullo reconcentrado, como un hombre que está persuadido de haber cumplido con su deber.
También lo eran la envidia y el respeto que le inspiraba aquel pobre menestral marchando al encuentro de la muerte con otros seres igualmente humildes, enardecidos todos por la satisfacción del deber cumplido, del sacrificio aceptado. El recuerdo de Madariaga surgía en su memoria. «Donde nos hacemos ricos y formamos una familia, allí está nuestra patria.»
Las mujeres sólo tienen que preocuparse por unas horas del acto maternal, é inmediatamente vuelven á sus trabajos, sin guardar huella alguna del accidente. Mi colega el profesor de Física debe estar á estas horas trabajando en su laboratorio. Pero ¿quién cuida á los hijos? preguntó el gigante. Les cuidan los varones, como es su deber.
Así, Madrid ha sido recientemente la Coblenza de los traidores de Méjico, lo mismo que en Paris forman sus Coblenzas en caricatura los malos ciudadanos de otras de nuestras jóvenes repúblicas, quienes, olvidando que en el suelo extranjero la PATRIA no es un partido, sino una madre comun, posponen la santidad del deber nacional al interes oprobioso de las venganzas políticas.
Sin embargo, he murmurado, he estado descontento porque me faltaba otro bien, como si lo mereciera. Jamás faltasteis a vuestro deber para conmigo, Godfrey dijo Nancy con una sinceridad tranquila . Mi sola pena desaparecerá si os resignáis a la suerte que os ha tocado.
Lo confieso, madre; he dudado mucho antes de dar este paso, pero mi deber es antes que todo. ¿No siente usted miedo... vergüenza por vivir así? Y ¿qué quieres que haga? Yo no mando... yo cuido de la casa... y nada más: la limpieza... trabajar y más trabajar... ¡qué sé yo! ¡Limpieza y trabajo! ¡Con eso piensa usted que ha cumplido!
Es niña todavía, y ya ve usted cómo anda por la ciudad la fama de su belleza. Usted comprende que a mí me es más costoso tenerla en el colegio como a interna; pero creo de mi deber, por cariño a usted y al señor don Manuel, acabar mi obra.
La cuestion de los alfabetos ha sido tratada por casi todos los historiadores del Archipiélago, pero de una manera tan ligera, y tan en contradiccion unos con otros, que nos ha parecido deber contribuir con estas notas para la aclaracion de tan interesante sugeto.
Por anticipado, desde luego, mi señor don Alejandro continuó el farmacéutico sin hacer caso de la interrupción , le prometo a usted que mi hijo cumplirá con su deber, como yo cumplo ahora, y he de cumplir en adelante, con el mío; eso es.
Parecía imposible que a la larga no tuviera sor Ana noticia de la ansiosa expectación con que se esperaba esa carta, y no comprendiera su deber de entregarla a la justicia. Mientras tanto, Ferpierre no podía ocuparse más que en el drama de Ouchy y de sus autores.
Palabra del Dia
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