Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de junio de 2025
10 Y quebraré todos los cuernos de los pecadores; los cuernos del justo serán ensalzados. 1 Al Vencedor: en Neginot: Salmo de Asaf: Canción. 2 Y en Salem está su tabernáculo, y su habitación en Sion. 3 Allí quebró las saetas del arco; el escudo, y la espada, y la guerra. 5 Los fuertes de corazón fueron despojados; durmieron su sueño, y nada hallaron en sus manos todos los varones fuertes.
Pues tráete una docena, los llevamos y decimos que esas son las moñas que se les ponen a los toros cuando salen a la plaza, brrrr... reventando al mundo entero con aquellos cuernos tan afilados... Y se lo creen... Si conoceré yo a mi gente».
Potaje el picador prorrumpía en imágenes poéticas de las suyas al contemplar la enorme astamenta de aquel animal. Eran tan grandes y tan separados sus cuernos, que un mirlo podía cantar en la punta de uno de ellos sin que le oyesen desde el otro. Gallardo se sentó junto a la mesa, elegante y llena de bronces, sin encontrar en su superficie otra incorrección que el polvo de varios días.
Fue una exclamación de horror que conmovió a toda la plaza; un espasmo que hizo poner de pie a la muchedumbre, con los ojos agrandados, mientras las mujeres se tapaban la cara o se agarraban convulsas al brazo más cercano. Al tirarse el matador, su espada dio en hueso, y retardado en el movimiento de salida por este obstáculo, había sido alcanzado por uno de los cuernos.
Familiarizados con el explosivo, metíanse entre los grupos empujando para abrirse paso y ver al muerto. En medio del camino estaban inmóviles varias carretas con sus bueyes de raza vasca, pequeños, de patas finas, con una piel de carnero entre los cuernos adornando el yugo. Al llegar el doctor se abrió el compacto grupo, dejando ver un hombre tendido en la cuneta, con las ropas en desorden.
Y ansí pasamos adelante por el mismo portal y llegamos a un mesón, a la puerta del cual había muchos cuernos en la pared, donde ataban los recueros sus bestias.
Sus delirios, ininteligibles para el vulgo, encerraban el misterio de los grandes sucesos humanos. Tchernoff describió la bestia apocalíptica surgiendo de las profundidades del mar. Era semejante á un leopardo, sus pies iguales á los de un oso y su boca un hocico de león. Tenía siete cabezas y diez cuernos.
Sus cuernos son cortos, pero fuertes y afilados; no hay acero que se le pueda comparar. Su cuello musculoso soporta sin esfuerzo una cabeza enorme, y sus patas secas y nervudas no flaquean bajo el peso de su pecho y de su grupa que son de una amplitud extraordinaria.
A continuación trotaban los toros bravos, las fieras destinadas a la muerte, marchando «bien arropadas», o lo que es lo mismo, rodeadas de toros mansos que evitaban se apartasen del camino, y de fuertes vaqueros que corrían honda en mano, prontos a saludar con una pedrada certera al par de cuernos que se separase del grupo.
Por el suelo quedaban esparcidos despojos de la batalla: cazos, almireces, cuernos de buey. En la escalera se oía el ruido de los vencedores, que subían celebrando el fácil triunfo. Delante de todos entró don Eugenio, que se echó en una butaca partiéndose a carcajadas y palmoteando. El cura de Boán le seguía limpiándose el sudor.
Palabra del Dia
Otros Mirando