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Actualizado: 5 de junio de 2025
Noticias mas circunstanciadas nos suministra de la antigua topografía de este alcázar, la relacion que hace Blancas de la manera con que se adornó en la coronacion del Rey D. Martin, verificada el domingo 13 de abril de 1399, refiriéndose á otra que hizo Carbonell, y que segun expresa, se conserva en el archivo de Barcelona. «Cuanto á lo primero, dice, el real palacio de la ALJAFERÍA, que era donde el rey posaba, parece ser estuvo aderezado de esta suerte.
En la librería hay las pinturas siguientes: El Oratorio alto de esta Casa está hoy sin uso en la librería; y se compone de un mediano retablo, y en él cuatro lienzos moderados, con la Coronación, el Padre Eterno, en medio San José, con el Niño Jesús y á los lados S. Andrés y San Francisco, todo pintura del clérigo Roelas y algo maltratadas.
¡Que se ha quitado la barba! exclamó la madre. ¿Quién te lo ha dicho? Juan, el guardabosque del Duque, que ha visto al Rey. ¡Ah, sí! El Rey, señor mío, está de cacería en una posesión que tiene el Duque, ahí en el bosque; de Zenda irá a Estrelsau para la coronación el miércoles por la mañana.
En todas las ceremonias de la coronacion se vé el entusiasmo por la caballería, por que habia cundido como un axioma el principio que ya sentó el Rey D. Alonso el Sabio en una de sus leyes en la que dice: é tanto encarecieron los antiguos la órden de caballería, que tuvieron que los emperadores e los reyes non deben ser consagrados ni coronados fasta que caballeros fuesen.
Una vez nos dejó con la boca abierta contándonos la fiesta de la coronación de Bonaparte, con todos sus pelos y señales, y otra vez nos puso los cabellos de punta refiriendo la más famosa batalla de las muchas en que se había encontrado.
Y la verdad es que nadie con más razón puede aspirar al favor del Rey. ¿Adónde se dirige usted? A Estrelsau, para presenciar la coronación. El Rey miró a sus servidores; continuaba sonriéndose, pero su expresión revelaba ligera inquietud. Sin embargo, el lado cómico de la situación volvió a imponérsele.
Iban á tratar la conveniencia de una nueva romería á Begoña, tan ruidosa como la de la coronación de la Virgen, y no sabían si hacerla en el mismo año ó dejarla para el siguiente.
Había sido el favorito de su padre, quien fue objeto de muy desfavorables comentarios al crearlo Duque y dar por nombre a su ducado el de la capital del Reino. Su madre había sido de buena familia pero no de alta nobleza. ¿Sigue en París el Duque? pregunté. ¡Oh, no! Se ha ido porque tiene que asistir a la coronación; ceremonia que de seguro no le hará mucha gracia. ¡Pero no desesperes, Beltrán!
La condesa Elga me ha confesado que la Princesa está prendada del Rey, y que desde el día de la coronación su afecto por él ha ido en aumento. También es cierto que está muy ofendida por la aparente indiferencia del Rey. ¡Buena la hemos hecho! exclamé angustiado. ¿Y eso qué? dijo Sarto. Supongo que más de una vez le habrá usted dicho requiebros a una muchacha bonita.
El vago reflejo de una magnificencia que vivía en el recuerdo, una imitación pálida y débil de lo que habían presenciado en el viejo Londres, no diremos de una coronación real, sino de las fiestas con que se inaugura el Lord Corregidor de aquella gran capital, podría trazarse en las costumbres que observaban nuestros antepasados en la instalación anual de sus magistrados.
Palabra del Dia
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