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La proporcionalidad del castigo con la falta, por ejemplo, ha empezado a ser desde el siglo último la regla en las leyes de la tierra, gracias al abogado Beccaria, y en la actualidad las personas de sentimientos morales refinados son ya capaces de comprender la monstruosa iniquidad de los tormentos eternos que sancionaron los iluminados por el Espíritu Santo para castigar en el otro mundo los errores de los hombres en éste.

No pude comprender el sentido preciso de este lenguaje, tanto más, cuanto que no me explicaba la emoción repentina que brilló en los ojos de la excelente mujer. Di las gracias como convenía y me fuí á pasear mi tristeza á través de los campos.

Gravemente, la joven dijo: Yo pienso que de todos los servicios que Juan nos ha hecho, el más meritorio es el de haberme hecho comprender lo que constituye la grandeza del alma. ¡Cuánto habría sufrido yo, siendo la mujer de Martholl, al descubrir poco a poco la naturaleza ligera de ese ser exclusivamente egoísta!

En la vida privada como en la pública, es tarea harto difícil el comprender bien la posicion propia: el hombre se forma mil ilusiones, que le hacen equivocar sobre el alcance de sus fuerzas, y la oportunidad de desplegarlas.

¿Pero qué es lo que ha de saber él? exclamó el tenaz bufón. Dorotea hizo un movimiento de colérica impaciencia. ¿Sois mi señor ó mi amigo? exclamó ¿pretenderéis que os diga lo que cuando no os he dicho ya, debíais comprender que no quiero, ó que no puedo deciros? Estás loca y es necesario perdonártelo todo, Dorotea.

La joven se quedó petrificada de espanto, y la mirada que dirigió á Bozmediano hizo comprender á éste cuánto la había comprometido. El galán creyó que el mejor partido que podía tomar era marcharse muy quedo, seguro de que la persona que había dicho "Clara", con voz que no conoció, no podía haberle sentido.

Pero nuestro amor al duque no es menos grande. Debéis comprender nuestra ansiedad cuando, a pesar de nuestra tercera llamada, no ha acudido junto a nosotros. ELSA. ¿Cómo? ¡No ha acudido! EL CONDE. Me llenáis de asombro. ¿No está con vosotros el duque? ¿Dónde está entonces? Desde muy de mañana esperamos con los brazos abiertos al noble prometido de mi hija.

Para salir del paso aludió a las dificultades materiales que se oponían a su plan. ¿Qué iba a hacer él en Berlín? ¿De qué podían vivir? Para estas aventuras se necesita dinero, y él no lo tenía. Nélida abrió los ojos con asombro. No podía comprender un hombre sin dinero.

Por último, y como acontece en un gran número de sus comedias, cuando la vida en las circunstancias externas, que la constituyen, no es el objeto del poeta, sino que intenta representarla en todas las relaciones y alternativas, que pueden ofrecerse, empleando así las determinaciones internas como los sucesos externos, desenvuelve Lope su talento eminente para la característica, un profundo conocimiento de los hombres, y una singular penetración para comprender las pasiones con sus causas y con sus efectos.

Finalmente, Andrés, por medio de cierta sentencia original que le pareció haber leído, se puso sobre la pista y vino a comprender lo que aquel revoltijo de cosas buenas y malas significaba. D. José estaba triturando un precioso sermón de Bordalue. El paño era superior, pero el zurcido detestable.