United States or Caribbean Netherlands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Mejor haría en dejar los dados quedos y a Montesinos que se lo llevase el diablo. Contra esta resolución clamaban todos los santos que vivieron en el mundo y los mandamientos divinos que ordenan amar al prójimo como a uno mismo. Por otra parte, presentía que su agitación interior no iba a cesar.

Cercábanlos unos cincuenta Orejones desnudos, y armados con flechas, mazas y hachas de pedernal: unos hacian hervir un grandísimo caldero, otros aguzaban asadores, y todos clamaban: Un jesuita, un jesuita; ahora nos vengarémos, y nos regalarémos; á comer jesuita, á comer jesuíta.

Del fondo de la tierra clamaban venganza miles de seres achicharrados: ancianos cuyo único delito fué comentar la Biblia, mujeres trastornadas por enfermedades nerviosas, que después ha explicado la ciencia, niñas inocentes que seguían con la inconsciencia de la juventud las creencias de sus padres. España es un país de olvido decía el doctor.

10 Y clamaban a alta voz diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, Santo y Verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra? 11 Y les fueron dadas sendas ropas blancas, y les fue dicho que aun reposasen todavía un poco de tiempo, hasta que sus compañeros consiervos, sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos fuesen cumplidos.

Los contratistas de Gallarta, al reunirse por las noches con el doctor Aresti, hablaban de los síntomas de rebelión en las aldeas de la cuenca minera. En la Arboleda los peones clamaban contra las cantinas, afirmando que los capataces eran los verdaderos dueños, y que el obrero que no se surtía de víveres en ellas era despedido del trabajo.

Las mismas que horas antes hablaban pestes de él, escandalizadas por su apuesta de borracho, le compadecían, se enteraban de si su herida era grave, y clamaban venganza contra aquel «muerto de hambre», aquel ladrón, que, no contento con apoderarse de lo que no era suyo, todavía intentaba imponerse por el terror atacando á los hombres de bien. Pimentó se mostraba magnífico.

Las religiones y eclesiásticos regulares convocados les faltaban los discursos y clamaban á su Dios á cuya fiesta como obligados venían á asistir. Los prudentes y timoratos, con lágrimas, con ansia, clamaban ante la Divina Majestad pidiendo disolviera las dificultades que se podían ofrecer.

28 Mas teniendo reposo, se volvían a hacer lo malo delante de ti; por lo cual los dejaste en mano de sus enemigos, que se enseñorearon de ellos; pero convertidos clamaban otra vez a ti, y desde los cielos los oías, y según tus miseraciones muchas veces los libraste.

«Clamaban dice el manuscrito del conde del Aguila los alaridos de la gente porque la mujer era hermosa: cuatro de los religiosos se abrazaron con el marido sin dejarle menear y ayudados de otros y diciendo á grandes voces: Ya ha perdonado echaron abajo á la mujer, que dió un salto por la escalera como una gata, y sin cesar las voces de Ya ha perdonado fué notable el alarido y contento de todos, y se la llevaron en volandas á San Francisco.

Luego vieron más navíos ingleses que rondaban ante sus costas como perros agresivos y vigilantes. Dos acorazados de la América del Norte se dieron á conocer por sus mástiles en forma de cestos. Después pasó á todo vapor, con rumbo al Báltico, un navío ruso, blanco y lustroso desde las cofas á la línea de flotación. «¡Mal! clamaban los viajeros procedentes de América . ¡Muy mal!