Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de noviembre de 2025


Todo el interior de la casa se escapaba en un chorro de humo, polvo y astillas. Los invasores bombardeaban á Villeblanche antes de intentar el ataque, como si temiesen encontrar en sus calles una empeñada resistencia. Cayeron nuevos proyectiles. Algunos, pasando por encima de las casas, venían á estallar entre el pueblo y el castillo.

No podía verla sin lanzar un chorro de alabanzas a su hermosura y gallardía. Pero esto no alarmaba a la moza, acostumbrada al estallido ruidoso de la galantería de la tierra. Gracias, Luis decía riendo. ¡Y qué requetegrasioso está el señorito!... Si sigues así me voy a enamorá y acabaremos por escaparnos juntos.

Llegaban arrollados por el viento los estrépitos de la industria, el martilleo poderoso, los resoplidos de las máquinas, el mugido de los convertidores del acero que lanzaban por encima de las techumbres su chorro de chispas y escorias. Aresti admiraba esta grandeza industrial. ¡Todo era obra de su primo!

Toma ahora esta bankolungan, que aún vive, y apriétala un poco entre tus manos. El joven hizo lo que su tío le indicaba, y vió contraerse el molusco hasta reducirse a una especie de bola y lanzar primero un chorro de agua y después una materia obscura, que se le extendió por los bordes de la boca.

Miré a mi alrededor; muchos pasajeros habían empalidecido y observaban silenciosos, pero con la mirada un tanto extraviada, los extremecimientos del barco, bajo el jadeante batir de la rueda... De pronto, un hondo suspiro de satisfacción salió de todos los pechos: habíamos vencido, en media hora de esfuerzos, al temido chorro y avanzábamos francamente.

Contaba hechos de armas y aventuras de cuartel con una gracia burda y una sinceridad zafia que levantaban ampolla. El otro se llamaba Pedernero y era del propio Ceuta, hijo de una oficiala del Fijo, joven y simpático, de modales mucho más finos que sus colegas, listo como un chorro de pólvora, y con un pico de oro que daba gusto.

El motivo fué cierto juego de comedor que míster Hall no tenía aún, y su fonógrafo fué quien le sirvió de anzuelo. Candiyú lo vió en la oficina provisoria de la Yerba Company, donde míster Hall maniobraba su fonógrafo a puerta abierta. Candiyú, como buen indígena, no manifestó sorpresa alguna, contentándose con detener su caballo un poco al través delante del chorro de luz, y mirar a otra parte.

Sintió en su rostro un chorro caliente. ¡Sangre!... No sabía si era suya ó de aquel cuerpo en el que se iba apagando el jadeo mortal. Luego se vió elevado del suelo por varias manos que le empujaban ante un hombre. Era Su Excelencia, con el uniforme desabrochado y oliendo á vino. Sus ojos temblaban lo mismo que su voz.

En medio la fuente secular, ancho pilón de ocho lados con surtidor de granito, en forma de alcachofa, del cual salía poderosamente grueso chorro de agua cristalina, que cuando el viento huracanado de invierno le hacía pedazos inundaba las baldosas del contorno.

El Cantó le hablaba sonriente, y él oía con protectora gravedad, escupiendo de vez en cuando por las comisuras de la boca, y admirándose a mismo por la distancia a que enviaba el chorro de secreción.

Palabra del Dia

vengado

Otros Mirando