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Actualizado: 20 de junio de 2025


Las cantidades dotales se pagan por el orden que sigue. 1.° El purung ó sea el precio en que se tasa á la mujer; este precio es convencional. 2.° El sincat ó sea el presente que debe llevar á favor de la dote todo convidado á la boda: por el itinaid ó sea por las ceremonias de la boda, y por el pagratas ó sea por la ceremonia de cortar el bejuco que obstruye la habitación donde se esconde la novia.

Vistióse don Quijote, púsose su tahalí con su espada, echóse el mantón de escarlata a cuestas, púsose una montera de raso verde que las doncellas le dieron, y con este adorno salió a la gran sala, adonde halló a las doncellas puestas en ala, tantas a una parte como a otra, y todas con aderezo de darle aguamanos, la cual le dieron con muchas reverencias y ceremonias.

Para mayor claridad de lo que me resta por referir de las apostólicas Misiones de este fervorosísimo operario, es preciso interrumpir el hilo de la historia para dar una breve noticia del país y cualidades de los Manacicas, y después de su religión, ritos y ceremonias.

Verá usted, verá usted cómo reconoce la sabiduría de Nuestra Madre en muchos ritos, en muchas ceremonias y pompas del culto que ahora pueden antojársele indiferentes, insignificantes. ¡Nuestras fiestas! ¡Qué cosa más hermosa, querida hija mía!

En ambas ceremonias el objeto principal es imponer, ofuscar, amedrentar con el espectáculo de un poder formidable y de una riqueza superior á toda fantasía. Por eso estas solemnidades no se celebraban nunca de improviso. Llégale á un califa la noticia de que un emperador griego, por ejemplo, le manda una embajada , y ya empieza á disponer su recibimiento.

El criado de cabellos grises que me recibió á la llegada, y que se llama Alain, me esperaba en el vestíbulo para decirme de parte de la señora Laroque que no tenía tiempo de pasar á mi alojamiento antes de comer, y que me hallaba bien como estaba. En el momento mismo en que entraba al salón, una sociedad de unas veinte personas salía para el comedor con las ceremonias usuales.

Al efecto, el día 6 de Septiembre de 1633, reuniéronse en la Audiencia los alcaldes de Sala, y con todas las ceremonias comenzaron la relación de la causa del ínclito Morán, que muy contrito y arrepentido, al parecer, escuchaba la relación de la cuenta interminable de sus crímenes.

Por otra parte, en el hogar tenía su puesto señalado, su esfera de acción, y de esta suerte no podía haber choques ni rivalidades: era el hombre público, el estadista; como Carlitos era el sabio; Vicente, el maestro de ceremonias; Enrique, el calavera, y D. Bernardo, el varón respetable y respetado que esparcía su sombra protectora sobre todos.

Luego consiguieron dominar sus nervios y quedaron impasibles, en una forzada indiferencia. Los cinco gobernantes, obedeciendo á la ley que reglamentaba las ceremonias públicas, iban vestidos con un lujo deslumbrador. Se envolvían en mantos bordados de oro, y sobre sus cabezas llevaban unas tiaras del mismo metal con adornos de piedras preciosas.

Y tampoco necesitáis tomar medidas; nada de ceremonias, nada de ceremonias. Y diciendo eso me miraba fijamente con sus ojos vidriosos, como si hubiera visto un fantasma. Después, de improviso, lanzó un grito estridente diciendo: Quitadme estas piedras que me aplastan el cuerpo. ¿Por qué me habéis sepultado bajo estas piedras?

Palabra del Dia

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