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Actualizado: 17 de junio de 2025
Este es un hijo humano de la moral divina del Evangelio; aquel, una teoría convencional dictada por la moral acomodaticia de los pícaros y los necios; aquel defiende, cual una coraza de brillante acero, la pureza del alma y la rectitud de la conciencia, y este pretende defender con la celada de Bayardo al gran polichinela social, revestido de todas las miserias y todas las ridiculeces humanas.
El extranjero, al volver cada recodo, se hace la ilusion de que le espera una celada morisca en alguna de las mil encrucijadas que se complican y enlazan en la mas enredada trabazon. Donde quiera empedrados atroces, murallones irregulares, repechos, ángulos y curvas indescriptibles que desafían al mas hábil matemático por su ausencia de figuras determinadas.
Bebed un sorbo, os digo, esto os repondrá, mi buen amigo. El intendente miró a la condesa con sorpresa; había en el timbre de su voz y en su fisonomía algo tan suave y cariñoso, que no supo qué pensar y se preguntó si no ocultaría alguna celada bajo aquella amabilidad extraordinaria.
Es verdad que para probar si era fuerte y podía estar al riesgo de una cuchillada, sacó su espada y le dio dos golpes, y con el primero y en un punto deshizo lo que había hecho en una semana; y no dejó de parecerle mal la facilidad con que la había hecho pedazos, y, por asegurarse deste peligro, la tornó a hacer de nuevo, poniéndole unas barras de hierro por de dentro, de tal manera que él quedó satisfecho de su fortaleza; y, sin querer hacer nueva experiencia della, la diputó y tuvo por celada finísima de encaje.
Y todo lo miraba el hidalgo, y de todo se admiraba, especialmente cuando, después de haberse limpiado don Quijote cabeza, rostro y barbas y celada, se la encajó; y, afirmándose bien en los estribos, requiriendo la espada y asiendo la lanza, dijo: -Ahora, venga lo que veniere, que aquí estoy con ánimo de tomarme con el mesmo Satanás en persona.
La primera figura que se ofreció á los ojos de Don Quijote, fué la de la misma muerte con rostro humano; junto á ella venía un ángel con unas grandes y pintadas alas; al un lado estaba un emperador con una corona, al parecer de oro, en la cabeza; á los pies de la muerte estaba el dios que llaman Cupido, sin venda en los ojos, pero con su arco, carcaj y saetas; venía también un caballero armado de punta en blanco, excepto que no traía morrión ni celada, sino un sombrero de plumas de diversos colores: con éstas venían otras personas de diferentes trajes y rostros.
Llevad, escudero, ambas respuestas á vuestro amo, dijo el príncipe, y pedidle que nombre á uno de los cinco mantenedores ingleses que han justado hoy para romper lanzas con él. Un momento; ese caballero no lleva blasón ni divisa y necesitamos conocer su nombre. Mi señor ha hecho voto de no revelar su nombre ni alzar la celada hasta pisar de nuevo la tierra de Francia.
Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo, pero vio que tenían una gran falta, y era que no tenían celada de encaje, sino morrión simple; mas a esto suplió su industria, porque de cartones hizo un modo de media celada, que, encajada con el morrión, hacían una apariencia de celada entera.
Hablad despacio, que nadie nos oiga dijo Marta con voz sofocada . Un gran peligro pende de vuestra cabeza. Vuestros enemigos han tendido una celada a vuestros pies y de antemano celebran vuestra pérdida... Respondedme, Mathys, y no os sorprendáis de mis preguntas. ¿Es cierto que una vez cometisteis una acción que podría entregaros, a la menor indiscreción, a la justicia?
Entre los de lord Gray, vi un figurón armado de pies a cabeza, con peto y espaldar de latón, celada de encaje, rodela y con tantas plumas en la cabeza que más que guerrero parecía salvaje de América. Dábanle instrucciones los demás y él decía: Ya sé lo que tengo que hacer.
Palabra del Dia
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