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Actualizado: 26 de junio de 2025


Cuando terminó su última estrofa en vascuence, con una entonación aguda, todo el concurso prorrumpió en risotadas, que contrastaban con la gravedad del cantor.

Procuré comprender también lo que había sido la montaña en la poesía y en la historia de las naciones, el papel que había representado en los movimientos de los pueblos y en los progresos de la humanidad entera. Lo que aprendí lo debo á la colaboración del pastor, y también, para decirlo todo, á la del insecto que se arrastra, á la de la mariposa y á la del pájaro cantor.

9 Yo no soy cantor letrao, Mas si me pongo a cantar No tengo cuándo acabar Y me envejezco cantando: Las coplas me van brotando Como agua de manantial. 10 Con la guitarra en la mano Ni las moscas se me arriman, Naides me pone el pie encima, Y cuando el pecho se entona, Hago gemir a la prima Y llorar a la bordona.

No te importe la cruel carcajada de esa gran muchedumbre que grita. Ven a mi, pobre enferma del alma, y en mis hombros amantes reclina. Yo te doy el calor de mis brazos, yo te entrego gustoso mi vida, yo te ofrendo la miel de mis trovas, yo seré tu cantor, alma mía... quien arrulle con versos tus sueños tus sueños marchitos, mimosa chiquilla.

, Don Tello; Que lo que deseabas Te he mostrado cuerpo á cuerpo Parando tu vanidad, Porque veas que eres menos Que el clérigo y el cantor Que maté, acaso riñendo Con más aliento que , Para que sepas que puedo Hacer hombre con la espada Lo que Rey con el respeto. Yo lo confieso.

Nadie da crédito a la firma de un cantor. ¡No sea loco!... ¡Todas las gentes de pluma son lo mismo! Manzanares, estoy contento de vivir. Me siento más joven... Usted también parece que se remoza. Ayer le pillé en conversación con una de esas francesas. Estaba apoyado en la baranda, mirando al mar, pero hablaba con ella al mismo tiempo en voz baja, como quien no hace nada.

El canto continuaba aún; el sudor comenzaba a correr por la cara del cantor; por momentos el escondido objeto iba adquiriendo forma y cuerpo, que elevaba el chal en su centro unas cuantas pulgadas del suelo. Era ya indudablemente el contorno de un pequeño pero perfecto cuerpo humano con los brazos y piernas abiertos.

Y como convenía observar más bien el sexo generalmente cantor de las aves, otro tiro, ¡pam! y fulminó el último cisne, un cisne macho, sin duda, pero cuya muerte no lo ilustró más que las otras... ¡Ya no le quedaba ningún otro por matar!

Venía a sentarse allí porque le gustaba contemplar el mar desde la altura. Sentíase mejor a la sombra de la torre; ningún amigo le turbaba con su presencia y podía componer libremente los versos de un romance para el próximo baile en el pueblo de San Antonio. Jaime sonrió al oír las tímidas excusas del cantor. Seguramente que sus versos eran dedicados a alguna atlota.

Encontraba agradable tener por asiento una dependencia del enorme palacio donde reinaba sin límites la autoridad del Padre de los Maestros. Aquella tarde, Golbasto, el gran poeta nacional, había salido de su casa apenas notó que las calles empezaban á quedar solitarias. El glorioso cantor sólo gustaba de las muchedumbres cuando se reunían para aclamarle y escuchar sus versos.

Palabra del Dia

bocanada

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