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Actualizado: 29 de mayo de 2025
De los sueños del olvido Como dormida despierto. ¡Quién viera la clara luz De la ley de gracia! Descubra En profecía este tiempo Esta mesa transformada En pan y vino..... Se ve el Cáliz y la Hostia, y á la Idolatría junto al altar. El divino Orfeo.
19 Y la gran ciudad fue partida en tres partes, y las ciudades de los gentiles se cayeron; y Babilonia la grande vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino de la indignación de su ira. 20 Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.
Esta pequeña obra, que forma parte de nuestra serie de CARTILLAS CIENTÍFICAS, contiene una serie de lecciones elementales sobre los carácteres generales de las plantas que dan flores; trata de la célula y los tegidos, del alimento y desarrollo de la semilla y de la planta, de la raiz, el tallo, las yemas, las hojas, la flor, el cáliz, la corola y de multitud de otros asuntos presentados de un modo fácil y sencillo.
Le advierto á usted dije con timidez que yo no he puesto jardín, sino calle. No importa respondió; yo quito la calle y pongo pensiles. Continúo: la supondría siempre muy triste, y de vez en cuando una lágrima asomaba á sus ojos azules, semejando errante gota de rocío que se detiene á descansar en el cáliz de un jacinto.
No: Fidel no buscará á la emparedada; ni, si la buscara, la encontraría; ni, si la encontrase por acaso, la Francesca del reino de Granada sería tan melodramática como la de Rimini. El recato de Amparo llega hasta el martirio. ¡Ha aceptado el cáliz de amargura, y no hay miedo de que aparte de él sus ojos ni sus labios! Fidel no lo ignora: Amparo está enterrada en vida.
Pero, óyelo, óyelo: ninguna te amará como yo; ninguna tendrá para tí este amor que encadena mi alma a la tuya; amor que es mi dicha y desgracia. Se ha hecho dueño de mi corazón, le ha dominado por completo, y ahora, y siempre, será objeto de todos mis anhelos, consuelo mío en todas las horas de dolor. Angelina, ¡no hables así!... ¡Mira que me atormentas! Apura hasta las heces el cáliz del dolor.
Libertad, sube á tu trono De la gloria en el broquel, Agitando nobles palmas, Coronada de laurel. Como la flor hermosa De cáliz recojido, Que se abre al estallido Del rayo destructor, La Patria, al ronco estruendo Del rayo de la guerra, En Mayo dió á la tierra Su aroma y esplendor. Libertad, sube á tu trono De la gloria en el broquel, Agitando nobles palmas, Coronada de laurel.
Salve, blanca paloma de inocencia, Que por primera vez tiendes el ala, Y cuyo pico, que pureza exhala, De la vida en el cáliz vá á beber; Vuela, tiende tu cuello blandamente, Para que no se agite la onda pura, Que levantando la hez de la amargura Te ofrecerá veneno en vez de miel.
22 Así dijo tu Señor, YO SOY tu Dios, el cual pleitea por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de angustia, la hez del cáliz de mi furor, nunca más lo beberás. 23 Y lo pondré en la mano de tus angustiadores, que dijeron a tu alma: Encórvate, y pasaremos. Y tú pusiste tu cuerpo, como tierra, y como camino, a los que pasan.
Desde que supo la cobarde y traidora intriga urdida para que sus bienes fueran a parar al fruto de los adúlteros, no levantó cabeza. Bebió el cáliz del dolor hasta las heces. Lo bebió con la sonrisa en los labios para no desmentir sus teorías, pero el veneno produce siempre su efecto; le abrasó las entrañas. La tos fue en aumento, los esputos sanguinolentos también.
Palabra del Dia
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