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Actualizado: 30 de septiembre de 2025
Yo puedo decir que una de mis mayores satisfacciones literarias la tuve hace dos años, estando en California, al conversar con un japonés que había viajado por toda Asia. Este hombre me habló de una de mis novelas, contándome su «argumento» del principio al desenlace para convencerme de que la conocía bien.
Galba no tardó en descubrir que los ideales halagüeños que concibió mientras traginaba con sus mulas entre Stocktown y Knight's Ferry, nada de común tenían con los que a su mujer inspiraba la contemplación de los destinos de California y de su propio espíritu.
No faltó quien informase luego que el muy taimado de la sangre azul tenia sus viejas marrullas de rezandero, que le hacian parecer pasablemente pecador. En ninguna parte es tan ridículo el tartufo como en alta mar. Pero nada tan curioso como una Francesa que venia de San-Francisco de California con su marido, victima de un mareo permanente.
De manera alguna dijo Catalina, arqueando soberanamente sus negras cejas, ya sé que tienes ricos parientes en California que te envían puntualmente fondos, pero no quiero permitirlo. Vamos, chicas, ¡adelante! Al abrir la puerta, una fuerte ráfaga de viento penetró violentamente en la tienda, lo cual asustó a la bondadosa doña Brígida.
La noticia de los altos salarios que obtienen en las grandes ciudades manufactureras ó comerciales ciertas clases de obreros, ha conmovido profundamente á los paisanos proletarios, inspirándoles el deseo ardiente de mayor lucro. Para ellos cada gran ciudad ejerce la misma atraccion fascinadora que la fabulosa California, de 1848 á 1853, para los emigrantes europeos.
Quizás combinaba algun sistema todavía nebuloso, ó viajaba moralmente en busca de las fuentes del Nilo, ó calculaba las ventajas que, como futuro inmigrante, podia ofrecerle California, Australia ó la region del Plata.
Wisio, interróguela y la verá llorar al solo recuerdo de los beneficios recibidos de los españoles. Crónicas de Nueva-York, de California y del Japón son buenos testigos á quienes preguntar sobre la caridad española. Las columnas de sus periódicos de cuándo en cuándo, se llenan con la relación de conmovedoras escenas en que la abnegación y el desinterés juegan en primer término.
Los teatros. Los hoteles. El lujo. La calle. Tipos. La vida galante. Una tumba. Confesión. Era el Alene un pequeño vapor construido en Glasgow, fuerte, sólido y marinero. Encontré a su bordo algunas familias colombianas que se dirigían a Nueva York, así como numerosos americanos e ingleses procedentes de California o de los puertos del Pacífico sudamericano.
Y con el impudor tranquilo del virtuoso que todo lo deja en casa, calculaba las fechas de sus viajes por la edad de sus ocho hijos: «Este fué á la vuelta de Filipinas... Este otro, después que hice el cabotaje en el golfo de California...»
Cansados los mineros de California de que los arroyos les vayan trayendo la arena con partículas de oro, se les ha ocurrido atacar la misma montaña. En muchos sitios destrozan el duro peñón para sacarle el metal, pero el trabajo es difícil y costoso. La tarea es más fácil cuando han de habérselas con terrenos de transporte, como arena movible y guijarros.
Palabra del Dia
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