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Actualizado: 4 de mayo de 2025


Había que adelantar tiempo y Fermín lo adelantó; estudiaba por cuatro y trabajaba en los quehaceres domésticos de la Rectoral; cuidaba la huerta además y así ganaba comida y enseñanza. Iba a dormir a la cabaña de su madre, que a la boca de una mina había levantado cuatro tablas, para instalar una taberna.

El es mi fiel amigo que nunca me desdora, que siempre alienta al alma cuando triste la ; que en mis noches de insomnio conmigo vela y ora; conmigo en mi destierro y en mi cabaña mora, y cuando todos dudan sólo él me infunde .

-Debe de andar por Zaragoza, vendiendo un papel nuevo, el del último crimen, que interesa mucho al cuarto estado. Isidro, al visitar la casa del Mosco, ya no se detenía en la vivienda de su abuela. Esta había alquilado la casucha, yéndose a vivir con el señor Polo, que tenía su cabaña en lo más alto de un cerrillo, desde el cual se veía Madrid.

El carro de Zaratustra parecía más grande que las viviendas; se veía mejor que éstas, caído sobre la zaga, con las dos barras en alto unidas por la barriguera de la mula, destacándose sobre el cielo como una horca. Adivinó el joven la proximidad de la cabaña viendo correr hacia él una banda de perros. Eran los compañeros de Zaratustra.

Parecía más bien un espíritu aéreo que, después de haberse divertido con sus juegos fantásticos en el suelo de la cabaña, desaparecería en los aires con una sonrisa burlona. Siempre que sus ojos profundamente negros y brillantes tomaban esa expresión, la niña semejaba á un sér intangible de indefinible extrañeza.

La vida de la humanidad, la historia, todo era un interminable «recomenzamiento de las cosas». Nacen los pueblos, crecen, progresan; la cabana se convierte en castillo y después en fábrica; se forman las enormes ciudades de millones de hombres, sobrevienen después las catástrofes, las guerras por el pan que escasea para tantas gentes, las protestas de los desposeídos, las grandes matanzas, y las ciudades se despueblan y caen en ruinas.

Valga como muestra de lo que digo La cabaña del tío Tomás, de la señora Beecher Stowe, de la que se vendieron en seguida centenares de miles de ejemplares, que se tradujo en todos los idiomas, que tal vez enardeció los sentimientos abolicionistas y que entró por algo en las causas de la tremenda guerra de secesión.

Expuso su misión y complaciente la mujer comenzó enseguida á preparar el hatillo, mientras Roger la contemplaba con la curiosidad natural en quien jamás había hablado á una mujer y mucho menos vístose mano á mano con una hija de Eva en solitaria cabaña perdida en el bosque.

En la cabaña hay de too, como en la viña del Señor; porque musotros, á la res que es de mal pacer y de peor engordar, no podemos mejorarla, á no hincharla con una paja. Esto es claro como el sol del megodía.

La puerta se cerró tras del improvisado cirujano y comadrón, y todo Campo Rodrigo se sentó en los alrededores de la cabaña, fumó su pipa y aguardó el desenlace de la tragedia.

Palabra del Dia

ciencuenta

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