Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de julio de 2025
No ha de haber nada de eso-exclamó el bullicioso párroco . Mañana por la mañanita nos lo llevamos con nosotros.... Se vuelve de allá pasado mañana temprano. Toda resistencia hubiera sido inútil, y más en tal momento, cuando la jarana crecía y el vino menguaba en los jarros. Julián sabía que aquella gente maleante y retozona era capaz de llevarlo por fuerza, si se negaba a ir de grado.
La plazuela de las de Pajares tenía un vecindario bullicioso y alegre: gente de pura sangre valenciana, que vivía estrechamente con el producto de sus pequeñas industrias, pero a la que nunca faltaba humor para inventar fiestas.
Gustavo Núñez la mantenía en perpetua risa con sus bromas picantes y excéntricas. El lindo hotel de la Castellana se convirtió en centro bullicioso de placer. Elena se entregaba a él más que con pasión con verdadera rabia. Naturalmente, no había mujer más mimada, más agasajada de sus amigos.
El valle se había trasformado en cañada, por donde un río bullicioso y cristalino corría entre angostas aunque muy deleitosas praderas. A trechos la cañada se amplificaba, como si desease merecer tal nombre; otras veces se cerraba hasta más no poder trocándose en verdadera garganta, donde había poco más espacio que el que ocupaban el camino y el río.
Una mujer de edad madura abría la puerta, Isidora pasaba, subía por la gran escalera blanqueada, y al llegar a lo alto miraba el letrero de la Sala primera; y echando la vista por el hueco, veía un claustro grande y luminoso, en cuya capacidad sesteaba, tomando el sol, el más bullicioso y pintoresco ganado femenino que se pudiera imaginar.
La confusión de Lázaro aumentó; pero antes que saliera de su estupor, Alfonso le tomó del brazo, le condujo á la escalera, y poco después estaban en la calle. Los otros dos jóvenes, nos son hasta ahora desconocidos, si bien es probable que les hayamos visto en el departamento bullicioso de la Fontana, precisamente en la noche fatal en que Lázaro fué arrojado del club.
Entonces sentí una mano fría como el mármol que se encontró con la mía; un sudor yerto me cubrió; sentí el crujir de la ropa de un fantasma bullicioso que ligeramente se movía a mi lado, y una voz semejante a un leve soplo me dijo con acentos que no tienen entre los hombres signos representativos: Abre los ojos, Bachiller; si te inspiro confianza, sígueme.
Como de ordinario, multitud de carros, bultos de mercancías, básculas, corredores, dependientes, comerciantes, marineros, pescadores, vagos y curiosos forasteros, en el más agitado y bullicioso desorden, le hacen intransitable desde la Ribera al café Suizo. Fijémonos un momento en este último punto, como el más despejado.
Elena, en cambio, prevenida contra él, lo acogió con toda la gravedad de que era susceptible su temperamento infantil y bullicioso. De suerte que equilibrándose por el esfuerzo ambas naturalezas vinieron a producir resultados análogos. Mas no se pasó mucho tiempo sin que la distinta condición de ambas recobrase sus derechos.
En el corral saltaban los terneros alrededor de sus madres, saliendo al campo á solazarse algunas horas bajo la vigilancia de un guardián; el mastín gruñía atado aún á la cadena, pero alegre y bullicioso al vernos..., todo, en una palabra, cuanto nos rodeaba, parecía disfrutar de la belleza del día que empezaba, y de la inefable satisfacción que experimentaba aquella familia modesta en el sexagésimo aniversario de mi tío, festividad doblemente solemne, por cuanto San Juan era, á la vez que de mi tío, el patrono del lugar.
Palabra del Dia
Otros Mirando