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Actualizado: 7 de septiembre de 2025
Salió de ella un buen hombre que nos vio mirarla por todas partes; y como resultó que conocía a Neluco, nos brindó muy cortés a que pasáramos a descansar, «si teníamos gusto en ello». El médico me pidió mi parecer con la mirada, y con un ademán le di yo la negativa.
La primera vez que canté "La Molinera," dijo modestamente, fué en la taberna de Horla, cuando ni soñaba ser arquero. ¡Otro trago, camaradas! gritó Reno sumergiendo su enorme recipiente de cuero en el tonel. ¡Á la salud de la Guardia Blanca y de cuantos siguen el estandarte de las cinco rosas! ¡Por la guerra próxima y la victoria segura! brindó el capitán Golvín.
En fin, lo que acontece muchas veces en estos, sucedió en la ocasión presente. Los que más gritaban, pudieron más; y quedó decidido que aquel poderoso y terrible animal muriese en regla y dejándole todos sus medios de defensa. Pepe Vera salió entonces armado a la lucha. Después de haber saludado a la autoridad, se plantó delante de María y la brindó el toro.
Brindo dijo por que en breve plazo quede desterrado del hermoso valle de Laviana ese manjar feo, pesado y grosero que se llama borona. No podéis imaginar con qué profunda tristeza he visto á los pobres labradores alimentarse con ese pan miserable. Entonces he comprendido la razón de su atraso intelectual, la lentitud de su marcha, la torpeza de sus movimientos, la rudeza de todo su ser.
Acaso nadie se dignará de miraros en mi corte, pero yo á nadie desprecio, y os brindo con mi proteccion. Si ha habido asombros en el mundo, ninguno ha llegado al de los que estas razones oyéron decir, sin poder atinar de donde salian.
Rehusando obstinadamente la señora de Aubry á probarlo sola, la señora de Saint-Cast se había dejado persuadir que Dios quería que también ella bebiese un poco de vino de España con un bizcochito. No se brindó por la salud del general. Ayer por la mañana, la señora de Laroque y su hija, estrictamente vestidas de luto, montaron en carruaje: yo tomé un lugar á su lado.
En todas partes desplegaba la misma franqueza cordial, un buen humor y una gracia que hacía apetecer su compañía. Hallolo en la ignorancia supina de ésta. La infeliz no sabía siquiera leer y escribir. Romadonga, lleno de celo pedagógico, se brindó a enseñarla en poco tiempo. Cuando la vio medianamente impuesta en estas materias no por eso se apagó su ardor instructivo.
De todos modos el brindis produjo cierta penosa impresión que no logró desvanecer Fuentes, aunque soltó el chorro de sus paradojas más graciosas. Señoras, yo no brindo decía a las que tenía cerca , porque no soy orador.
Llegamos al convento, y ahora tropezamos con el párroco, quien nos brindó con una franca y cordial hospitalidad, que aceptamos gustosos, alojándonos en una espaciosa habitación con vistas al Banajao. El convento, enclavado en uno de los extremos del pueblo, presenta en su maciza y negruzca fábrica, un aspecto triste y sombrío.
Yo le brindo la idea de escribir acerca de Poe ocultista al espíritu que más sabe de esto y de otras muchas cosas: a Mario Roso de Luna. He conocido muchos poetas borrachos, que pudiéramos llamar borrachos románticos. En su labor literaria no existe jamás la terrible visión de Poe, ni su armonía matemática. Fueron y son viciosos del alcohol, sin que su vicio favorito influya en su obra.
Palabra del Dia
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