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Actualizado: 14 de julio de 2025
A pocos pasos de la costa principia el bosque en el que muy laboriosamente fuimos internándonos gracias á los bolos de toda la gente de los botes. El humo era nuestro guía. A las dos horas de no pocos trabajos entramos en un claro.
Era capaz de disimular el enojo y hasta de no enojarse contra un buen mozo que, atrayéndola con exquisito arte o por sorpresa, la besase, imprimiendo al beso aquella deliciosa ingenuidad del niño que se apodera de una golosina; pero a cuantos se atrevieron a propasarse con ella ofreciéndole dinero, les recibió como se recibe a un perro en un juego de bolos.
Mía fe, señor, la caza y los pasatiempos más han de ser para los holgazanes que para los gobernadores. En lo que yo pienso entretenerme es en jugar al triunfo envidado las pascuas, y a los bolos los domingos y fiestas; que esas cazas ni cazos no dicen con mi condición ni hacen con mi conciencia. -Plega a Dios, Sancho, que así sea, porque del dicho al hecho hay gran trecho.
Pero siendo la primera impresión la que más le dominó, echóse á la calle con ella, llegó al corro de bolos, pagó media á los jugadores ... y metió al alcalde en un zapato como quien dice, en cuanto oyó, vió y palpó el reyezuelo que el solariego se carteaba con señorones.
Un rato estuvo Ido del Sagrario ante el establecimiento de El Tartera, que así se llamaba, mirando los dos tiestos de bónibus llenos de polvo, las insignias de los bolos y la rayuela, la mano negra con el dedo tieso señalando la puerta, y no se decidía a obedecer la indicación de aquel dedo. ¡Le sentaba tan mal la carne...! Desde que la comía le entraba aquel mal tan extraño y daba en la gracia estúpida de creer que Nicanora era la Venus de Médicis.
Fue creciendo la edad, y acordó el padre de Quiteria de estorbar a Basilio la ordinaria entrada que en su casa tenía; y, por quitarse de andar receloso y lleno de sospechas, ordenó de casar a su hija con el rico Camacho, no pareciéndole ser bien casarla con Basilio, que no tenía tantos bienes de fortuna como de naturaleza; pues si va a decir las verdades sin invidia, él es el más ágil mancebo que conocemos: gran tirador de barra, luchador estremado y gran jugador de pelota; corre como un gamo, salta más que una cabra y birla a los bolos como por encantamento; canta como una calandria, y toca una guitarra, que la hace hablar, y, sobre todo, juega una espada como el más pintado.
Ya no se oyen las tarrañuelas, ni los panderos, ni un solo grito en el corro de bolos. Los taberneros recogen sus baterías, y embridan sus jamelgos los curas, los jándalos y los señores de aldea; y perdiéndose, por grados, desde el lugar de la feria, por la campiña adelante en todas direcciones, se oye el sonido de las campanillas del ganado que se aleja.
Los bandidos sacaron más de dos mil pesos, dejaron mal herido á un religioso y á dos criados... El cura se defendió como pudo detrás de una silla, que quedó rota en sus manos... ¡Espere, espere! decía Ben Zayb tomando notas; cuarenta o cincuenta tulisanes traidoramente... revólvers, bolos, escopetas, pistolas... leon esgrimiendo, silla... astillas... herido bárbaramente... diez mil pesos...
Bolos, bolillos, bizcochos, 1775 Turrón, castañas, muñecas, Bocados de mermelada, Letuarios y conservas; Mil figurillas de azúcar, Flores, rosarios, rosetas, 1780 Rosquillas y mazapanes, Aguardiente, y de canela; Calendarios, relaciones, Pronósticos, obras nuevas, Y á Don Alvaro de Luna, 1785 Mantenedor destas fiestas. Mas quedo; que están aquí.
A doquiera que llegaban, él se llevaba el precio y las apuestas de corredor y de saltar más que ninguno; jugaba a los bolos y a la pelota extremadamente; tiraba la barra con mucha fuerza y singular destreza; finalmente, en poco tiempo voló su fama por toda Extremadura, y no había lugar donde no se hablase de la gallarda disposición del gitano Andrés Caballero y de sus gracias y habilidades, y al par desta fama corría la de la hermosura de la Gitanilla, y no había villa, lugar ni aldea donde no los llamasen para regocijar las fiestas votivas suyas, o para otros particulares regocijos.
Palabra del Dia
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