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Y mientras llevaban a cabo este retoque criminal, eran las exploraciones sin término, las rebuscas furiosas sobre el mármol del tocador, al través del bosque de frascos y cajas, persiguiendo objetos que aturdidamente tocaban sin reconocerlos. ¿Dónde estaba el polvo rosa? ¿Y el paño de Venus? ¡Adiós! ¡ya no quedaba una gota de «piel de España»! La mamá, con la manía de embellecerse que la había acometido a última hora, era una calamidad para las niñas.

Al segundo encuentro, siempre en la avenida de las Palmeras, halló al renacuajo más simpático y distinguido; le miró con interés y se dijo que el primo debía valer un poquito más de lo que en su casa decían. Y Jacinto, aturdidamente, la dió detalles que ella no conocía: Te digo que es un excelente muchacho, el sostén de su padre y de la tía, y trabajador; estudia Derecho.

¿Verdad que ? dijo vivamente Liette radiante; mamá está mucho mejor, gracias a Dios. Y a usted, querido don Raúl añadió aturdidamente la viuda; no nos cansamos de repetirlo. Raúl no recogió la frase, pero tomó nota de ella con íntima fatuidad. Le creíamos a usted en Londres dijo la joven para cambiar de conversación.

La solterona actual es con frecuencia una mujer de gusto, cuando no es la mujer de todas las caridades y de todas las abnegaciones. ¡Ah! exclamé aturdidamente, siendo el cristianismo el que ha hecho posible la vida de la solterona, es muy natural que inspire esa vida... Otra tontería de Magdalena murmuró la abuela.

Y ahora, ¿desea usted que le diga el nombre de ese joven? No murmuró levantando hacia él sus húmedos ojos; después añadió aturdidamente, con una vivacidad en que se descubría a la vez su contento y su angustia: Usted le ha visto... El es quien le ha hablado de ... No, él tiene demasiado orgullo para confiarse así a un extraño.

Un empleado del Municipio había confesado aturdidamente que tenía veinte años, sin pensar que con esto causaba su muerte. ¡Mentira! repitió la madre, adivinando por instinto lo que hablaban . Ese hombre se equivoca... Mi hijo es robusto, parece de más edad, pero no tiene veinte años... El señor, que lo conoce, puede decirlo. ¿No es verdad, señor Desnoyers?