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Actualizado: 13 de junio de 2025


No había más bailadores que los peones empleados en la vendimia y uno o dos jóvenes de los alrededores a quienes había atraído el son de la cornamusa.

Allí nos hemos separado, pero antes de hacerlo, el desconocido al estrecharme contra su pecho con un fervor de amistad del cual yo me sentía orgulloso, y al prodigarme testimonios afectuosos de reconocimiento por un servicio sin importancia se ha dado a conocer, y ese desconocido, por quien mi corazón se había sentido tan atraído, ¡es el esposo de Eulalia!

Sentíase atraído Maltrana por la sencillez de palabras y pensamientos de doña Zobeida y el aire señorial con que acompañaba su modestia.

La señorita deseaba conocer mi opinión sobre la próxima cosecha. También a él le había hecho la misma consulta mademoiselle Marcela la primera vez que se había aproximado a su sillón, atraído por la novedad de su habla castellana incrustada de palabras francesas e italianismos del léxico popular de Buenos Aires.

El criado se aleja de allí mientras tanto, y Don Gabriel le sigue, ya excitado por la curiosidad, ya para no perder ciertos recuerdos de una de sus anteriores damas guardados en su equipaje; de repente se ve solo en la obscuridad, porque, sin notarlo, ha llegado, en persecución de su ladrón y atraído por él, á un aposento del castillo, y encuentra cerradas las puertas á su rededor, pero no permanece mucho tiempo en este estado, porque su servidor, el gracioso, se descuelga con una cuerda por la chimenea; en una palabra, el caballero extraviado ha caído en un castillo encantado.

Un grupo de oficiales de Infantería y Caballería ocupaba un banco entero, y el sol parecía concentrarse allí, atraído por el resplandor de los galones y estrellas de oro, por los pantalones rojo vivo, por el relampagueo de las vainas de sable y el hule reluciente del casco de los roses.

GILBERTO. ¡Oh! ¡Me sentía atraído por la curiosidad! ¡Que me lleve el diantre si sospechaba que la célebre Terpsy era Melania Boujotte, a la que yo había dejado de modista en Montmartre...! TERPSY. Pues, querido mío, algo de culpa tienes de que yo me haya convertido en Terpsy... Es una cosa que te debo, además de la pérdida de mis ilusiones. GILBERTO. ¡Imposible...!

Pero de repente se enderezó, se volvió y dió á correr como un insensato en dirección á la calle Ancha de San Bernardo, atraído por ese magnetismo horrible que existe entre el asesinado y el asesino. Cuando llegó hubo de detenerse; la afluencia de gentes le había cortado el paso. La calle estaba llena. Y nada tenía esto de extraño.

Perros dijo entre dientes , ésos son los restos de un buque que ellos habrán atraído y hecho naufragar. ¡Ah! si alguna vez El Gavilán... ¿Qué quiere usted? dijo Ivona cansada del silencio del desconocido.

Vamos, D. Andrés, véngase a menear un poco las piernas, que estas chicas lo desean. Las mozas, avergonzadas, protestaron. Andrés sonrió, sin atreverse a aceptar. Al fin, atraído por el deseo irresistible de aproximarse a Rosa y por la necesidad de sacudir el aburrimiento, se introdujo también en el corro. La primera a quien sacó a bailar fue a Rosa.

Palabra del Dia

estaquis

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