Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de mayo de 2025
Es tiempo de que te marches. Pero tú vives como en una atmósfera irreal, tu razón y tu voluntad ya no cuentan para nada. Repentinamente el deseo sobresalta tu corazón con una extraordinaria violencia; caminas hacia la pieza contigua con ánimo de huir, pero en seguida te vuelves.
Largas horas pasamos sobre el campo saboreando los deliciosos recuerdos de tanta gloria, que como dejos de un manjar muy rico nos renovaban el placer del vencimiento. La noche era como de verano y como de Andalucía, serena, caliente, con un cielo inmenso y una atmósfera clara, donde algo sonoro fluctúa, cuya forma visible buscamos en vano en derredor nuestro.
Cierta noche del mes de marzo, en que por rareza cayó una fuerte nevada sobre Madrid, mirando descender lentamente los copos por la atmósfera, le vino en apetito el hacer una escursión al Retiro con Miguel. ¡Qué hermoso debe de estar a estas horas!
Claro que no se ha calentado la atmósfera; ello ofrecía, de momento, dificultades insuperables aun para la misma química alemana. Se han calentado, en cambio, las viviendas, los establecimientos públicos, los tranvías y coches, etc., etc. Hoy puede afirmarse que, mientras los madrileños tiritan, los berlineses y los londinenses pasan sus inviernos a una temperatura media de 17 grados.
Un inmenso foco de una luz roja y brillante se levantó de pronto; el mar, reflejando aquella claridad deslumbrante, hizo rodar olas de fuego, la atmósfera se inflamó y las cimas de los peñascales de la Torre se tiñeron de una luz purpurada, como si un vasto incendio hubiera hecho presa en la costa.
Creyó avanzar en una atmósfera en la que se habían disminuído las leyes de la gravitación, en un planeta sumido en eterna noche primaveral, donde el aire, los árboles obscuros y las cosas perdidas en la penumbra vibraban con un ritmo poético. Durmió penosamente, pero se levantó tranquilo y animoso. El encargo de Alicia resucitó en su memoria.
Y parece que son siempre los mismos, siendo en realidad siempre otros, en su constante tránsito de lo obscuro a lo obscuro. No se advertía cómo transcurrían las horas. Las botellas se vaciaban. El ruido y el calor aumentaban; la atmósfera se iba poniendo poco a poco más turbadora y excitante.
Llegaban nuevas gentes por todos los caminos, atraídas por la fama de la gran apuesta de la tarde. Aresti había salido a la calle huyendo de la atmósfera posada del casino, cargada de gritos y nubes de tabaco.
Frío es el invierno que llega; pero las noticias de Madrid vienen calentitas, abrasando. La cosa está abocada, el italiano va a abdicar porque ya no es posible que resista más la atmósfera de hostilidad, de inquina, que le rodea.
Palabra del Dia
Otros Mirando