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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Con los referidos atavíos, y con gentil donaire y gallardía, salió don Quijote a otra sala, donde el estudiante le estaba esperando para entretenerle en tanto que las mesas se ponían; que, por la venida de tan noble huésped, quería la señora doña Cristina mostrar que sabía y podía regalar a los que a su casa llegasen.

Hay un término medio, delicadísimo, muy difícil de alcanzar, en el cual debe mantenerse la persona verdaderamente elegante. Muchos que quieren huir demasiado de la vulgaridad, dan en la extravagancia; procura que en tus atavíos, sin que falte lo común y corriente, haya algo exclusivamente tuyo, algo personal, personalísimo, que no puedan imitar los demás, y habrás logrado el objeto.

Y, en realidad, aunque la mudanza sea visible, las modas nunca desaparecen del todo: unas viven en la memoria de los viejos; otras en el recuerdo de las gentes maduras: las últimas en nuestro gusto. El fin de todas es el mismo: irán a los museos, mientras las generaciones que las usaron yacen en la eternidad, para dejar paso a otros usos, a otras trasformaciones, a otros gustos y a otros atavíos.

Al mostrar nuestro pasaporte en Mouscron nos dieron el pase sin la menor vacilacion; pero vímos que varias mujeres ó señoras fueron introducidas á una pieza reservada para que les registrasen sus vestidos, palpándoles cuidadosamente sus crinolinas y otros atavíos que suelen ser sospechosos.

A veces se aparecían también, a guisa de sorprendentes cometas, las ricas cubanas de Amézaga, con sus sombreros extraordinarios, sus sombrillas monumentales y sus atavíos caprichosos, destilados siempre a la quinta esencia de la moda. Pilar las distinguía de cien leguas, por sus famosos sombreros, imposibles de confundir con otro tocado alguno.

Su cariño de madre la hizo sentir una viva satisfacción ante los atavíos del pequeño. Le besó en la pintada boca, y redobló sus gemidos. Era la hora de comer. Batistet y los hermanos pequeños, en los cuales el dolor no lograba acallar el estómago, devoraron un mendrugo ocultos en los rincones. Teresa y su hija no pensaron en comer.

Es indecible el efecto que este artificio produce; tal pensamiento no mas que superficial, pasa por profundo, merced á su disfraz grave y filosófico; tal otro que presentado desnudo fuera una vulgaridad, mostrándose con nobles atavíos oculta su orígen plebeyo; y una proposicion que enunciada con sequedad mostraria de bulto que es inexacta ó falsa, ó quizas un solemne despropósito, es contada entre las verdades que no consienten duda, si anda cubierta con ingenioso velo.

Llamado por Fernando, a quien Estefanía dió el encargo, no tardó en presentarse en la puerta del gabinete el cocinero, con los atavíos del oficio, esto es, con mandil y gorra blanca; todo blanquísimo. Era un mocetón de treinta años, de rostro fresco y no desgraciado, con largas patillas negras.

-Así es verdad -replicó don Quijote-, porque no fuera acertado que los atavíos de la comedia fueran finos, sino fingidos y aparentes, como lo es la mesma comedia, con la cual quiero, Sancho, que estés bien, teniéndola en tu gracia, y por el mismo consiguiente a los que las representan y a los que las componen, porque todos son instrumentos de hacer un gran bien a la república, poniéndonos un espejo a cada paso delante, donde se veen al vivo las acciones de la vida humana, y ninguna comparación hay que más al vivo nos represente lo que somos y lo que habemos de ser como la comedia y los comediantes.

Despues se les lleva de casa en casa á visitar á los parientes para el besamanos; allí tienen que bailar, cantar y decir todas las gracias que sepan, tengan ó no humor, esten ó no incómodos en sus atavíos, con los pellizcos y las reprensiones de siempre cuando hacen alguna de las suyas. Los parientes les dan cuartos que recogen los padres y de los que regularmente no vuelven á tener noticia.

Palabra del Dia

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