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Actualizado: 2 de junio de 2025


Su hermano mayor, Alejandro Miquis, que estudiaba Leyes, había muerto algún tiempo antes, de una enfermedad terrible. Augusto despuntaba, desde muy niño, por la Medicina, y jamás vaciló en la elección de carrera. Su padre le enviaba treinta y cinco duros al mes, y él sabía arreglarse. ¡Había tenido diez y siete patronas!

La criada se reía sorprendida de aquel buen humor. Es más sabroso que el nuestro. Si no fuera que ya está un poco duro... Se sacudió las migajas con la mano, volvió a arreglarse las gafas y después de beber un trago de agua porque también el vino estaba cerrado, se partió en dirección al ayuntamiento. El reloj del edificio señalaba las diez.

Para Bringas no había más que los cuatro trapos de siempre, bien apañaditos, y las metamorfosis de un mismo vestido hasta lo infinito... Por cierto que ella no sabía cómo arreglarse. De una parte la solicitaba la obediencia que debía a su marido, de otra el deseo de presentarse decentemente, con dignidad... ¡por decoro de él mismo! «Si se tratara de sola, me importaría poco.

En vista de esto, le envié un plato de sopa caliente por la anciana señora Axford, nuestra cocinera, mientras su padre, después de lavarse las manos y arreglarse un poco, me acompañó al comedor.

¡Otra, señor! respondió a esto con la naturalidad más encantadora . ¿Quiere que tenga por cosa buena el perder de vista a una persona como usté?... ¡Mire que hasta le he comido el pan! Soltó aquí una risotada de las que solía, y me pidió permiso para ir a arreglarse un poco, «porque no estaba su ver para cabayero tan principal», llamando enseguida a su madre para que me acompañara mientras tanto.

No queriendo ser Obdulia inferior a su cuñada, ni aparecer en la casa con menos autoridad y mangoneo que la intrusa chulita, dijo a su madre que no podrían arreglarse decorosamente con una criada para todo, y pues Juliana impuso la cocinera, ella imponía la doncella... ¡así!

Entre las buenas madres, Dolly Winthrop era aquella cuyos buenos servicios aceptaba Silas de mejor grado porque se los prestaba sin ostentación. Silas le había mostrado la media guinea de Godfrey y le había preguntado cómo podría arreglarse para comprarle ropas a la criatura.

Si pudiese tener una entrevista con ella antes de marchar, quizá lograse convencerla de que la separación era el mejor partido que podían tomar: acaso con algunas vivas protestas de cariño y ciertas vagas esperanzas de volverse a ver con el tiempo endulzaría la amarga píldora que le iba a propinar. Pero ¿cómo arreglarse para ello, estando encerrada por el cafre de su padre? No parecía.

Cuando llegó la herencia de don Manuel a remediar la precaria situación de la familia fué ya urgente levantar hipotecas y pagar trampas apremiantes. Como doña Rebeca era sólo usufructuaria del legado, hubo precisión de arreglarse con las rentas para hacer frente a la vida y remediar en la posible los pasados descalabros de la fortuna.

El capataz, asombrado de que hablase así, movía la cabeza. Mal, muy mal, señorito. La paz con sangre, es mala paz. Mejor es arreglarse a las buenas. Crea su mercé a un viejo que ha pasado las de Caín, metido en eso de prenunciamientos y revoluciones.

Palabra del Dia

rigoleto

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