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Actualizado: 8 de junio de 2025


Íbamos a Andújar, resueltos a tomar la ofensiva contra el ejército francés, que al mismo tiempo debía ser atacado por Castaños, del lado de Marmolejo. ¿Y la división de Vedel, cuyos movimientos eran la clave de aquel problema estratégico? La división de Vedel estaba en Andújar el día 16, cuando ocurrió la acción de Menjíbar, que antes he descrito.

Acababa de salir S. Fernando de la villa de Andújar, cuando un hombre oscuro á quien habia conferido el gobierno de la plaza, sabiendo por algunos prisioneros que Córdoba dormia confiada en la inaccion de los cristianos, concibió el atrevido proyecto de ir á tomarla por sorpresa.

Con él y otros criados formóse una legioncilla de cinco hombres; mas sabedora doña María de que otros jóvenes de familias ricas de Baeza, Bujalance y Andújar habían llevado hasta diez, mandó que se aumentara aquel número, fijándose al instante en Santorcaz y en . Se nos ofrecía una peseta diaria, además de lo que cayera si volvíamos con vida y salud.

¡Zopenco! me contestó . Esto no ha sido más que una fiestecilla de pólvora, y todavía no ha empezado lo bueno. ¿Crees que no hay más franceses que esos cuatro gatos de Ligier-Belair? ¿Qué sabes si a estas horas Vedel, que a Andújar fué en auxilio de Dupont, habrá regresado a Bailén?

La Mezquita-catedral. Curiosidades. De Córdoba a Baylen; Andujar. Eran las siete de la mañana cuando tomábamos el tren del reciente ferrocarril que pone en comunicacion a Córdoba con Sevilla. Por primera vez se iba á ensayar el trayecto comprendido entre la pequeña ciudad de Lora, no muy lejana de Sevilla, y Córdoba.

La tercera división, enviada al amanecer desde Andújar por Castaños en seguimiento de Dupont, había llegado, y al enemigo se anunciaba con disparos de pólvora seca. Aterrado con este nuevo refuerzo, que aniquilaría los restos del ejército si Vedel al armisticio no se sometía, Dupont dió enérgicas órdenes para que cesara el fuego de la división recién venida de Guarromán, y el fuego cesó.

En fin, que en cuanto llevase los quince días justos de aguas iba a Andújar a tomar el expreso de Madrid para llegar más pronto. Tuve la suerte de que él se fuese primero, y así lo hice a mi salvo. Cuando el tren arrancó y me vi caminando a gran velocidad hacia el Mediodía, experimenté viva y dulce agitación; sacudió mi cuerpo un estremecimiento deleitoso.

Yo no vi el triste desfile de los ocho mil soldados de Dupont cuando entregaron sus armas ante el general Castaños, porque esto tuvo lugar en Andújar.

No; nosotros íbamos a Andújar, con objeto de atacar a Dupont. Por causa de los torpísimos movimientos de los generales franceses, una gran parte de la fuerza imperial corría hacia la sierra, buscando un fantasma. Los insurgentes, a quien ellos suponían en marcha hacia La Carolina, estaban en Bailén, en marcha para Andújar.

Si al comienzo de aquella misma noche, que ya se iba a extinguir, una mirada humana hubiera podido escudriñar desde la altura de los cielos lo que pasaba en aquella larga faja de sementeras y olivares que se extiende a la vera de los montes, entre éstos y el Guadalquivir, habría visto que del obscuro caserío de Andújar se destacaba cautelosamente, escurriéndose por detrás de las casas, una hilera de hombres y caballos; que esta hilera se iba alargando por la carretera en interminable procesión, y serpenteaba con lento paso, sin ruido y sin luces; habría visto cómo se iba extendiendo la negra raya, destacándose a ratos sobre la tierra blanquecina, a ratos confundiéndose con los obscuros olivos, sin dejar de seguir paso a paso, como si no quisiera ser vista y anhelara apagar en el polvo el ruido de las cureñas; habría visto que iban delante unos tres mil hombres de infantería, después un escuadrón de caballos, después seis cañones, después un número inmenso de carros, tantos, tantos carros, que ocupaban dos leguas; detrás de los carros nuevos grupos de infantería y muchos generales; después otros seis cañones, dos regimientos de coraceros; luego cuatro cañones, y al fin otro grupo de jefes, seguidos de quinientos hombres de a pie.

Palabra del Dia

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