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Pasó el joven más allá de los Almacenes de la Villa y examinó las casas de un solo piso alto que allí existen. Como ignoraba cuál era la que servía de abrigo a los adúlteros, resolvió vigilarlas todas. La noche se venía encima y Maxi deseaba que viniese más aprisa para dejar de ver el disco, que le parecía el ojo de un bufón testigo, expresando todo el sarcasmo del mundo.

Hizo Bou muchos millares de etiquetas para almacenes de vinos, tarjetas de anuncios, cartelillos de tres o cuatro tintas y cromos ordinarios para cajas de fósforos. ¡Qué iniciativa la suya! Fue el primero que imaginó hacer en gran escala las cenefas con que adornan las cocineras los vasares.

Estos buques, mientras Gillespie levantaba sus anclas y saqueaba los almacenes, habían embarcado una parte de sus tripulaciones que se hallaban en tierra con permiso, saliendo del puerto para combatirle, por creer sus capitanes que fuera de él podrían maniobrar mejor contra el barco gigantesco.

Caía la noche. Los fuegos de la isla Nou se encendieron poco á poco en la bruma transparente que se extendía por el mar, y, en lontananza, se dibujó la forma del presidio, de los campos y de los almacenes, contorneada por los faroles que los alumbraban.

Allí se levantan por millares las altísimas chimeneas de las fábricas, el elegante coche aparece rara vez, los carros repletos de mercancías se cruzan en inmensa multitud, la mendicidad es ménos visible, y el trabajo activo se manifiesta donde quiera, sin el espectáculo del lujo y de los suntuosos palacios y almacenes brillantes.

El segundo motivo que causa a los indios el aborrecimiento a sus comunidades es el ver que de los efectos y frutos más preciosos que se recogen y almacenan no tienen más parte en ellos que el haberlos cultivado y recogido; ellos siembran, cultivan y benefician la caña para la miel y azúcar, lo mismo el tabaco y trigo; ellos ven o saben que de Buenos Aires mandan sal, que ellos tanto apetecen, y otros efectos comprados con el importe de los frutos que produce su trabajo, y que todo se guarda en los almacenes, de donde no vuelve a salir para ellos; conque no es mucho que a vista de esto desmayen y aun aborrezcan todo cuanto se dirige a bien de la comunidad.

Tiendecillas angostas, donde se vendían zarazas catalanas y pañuelos; abacerías de sucio escaparate, tras de cuyos vidrios un galán y una dama de pastaflora se miraban tristemente viéndose tan mosqueados y tan añejos, y las cajas tremendas de fósforos se mezclaban con garbanzos, fideos amarillos, aleluyas y naipes; figones que brindaban al apetito sardinas fritas y callos; almacenes en que se feriaban cucharas de palo, cestería, cribas y zuecos: tal era la industria de la cuesta de San Hilario.

Sus fortificaciones, que en un tiempo la estrechaban, han desaparecido casi completamente para abrir campo á nuevos edificios, fábricas, almacenes y jardines, y á los rieles y trenes de los ferrocarriles.

Igual suerte estaba reservada al corregidor de Quespicancha , que salvó la vida, abandonando sus ricos almacenes, y mas de 25,000 pesos que tenia acopiados en las arcas del fisco. Estos despojos, repartidos generosamente entre las tropas, dilataron la esfera de accion de estos tumultos.

Clayton de los almacenes del rey. Estuviéronse cuatro semanas en el puerto de Egmont, y cargaron aceite, pieles y lobos marinos, con que volvieron á su tierra. Sin embargo dejó el Endeavour en el puerto el navío de la isla de Rhode, y estando el 23 toda la gente á bordo, se hizo á la vela para Inglaterra.