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Actualizado: 1 de octubre de 2025
Sólo entramos en fuego cuarenta mil hombres, y merced a las hábiles disposiciones del gran tirano, derrotamos a noventa mil aliados, matándoles o ahogando quince mil, cogiendo veinte mil prisioneros y ciento veinte cañones. ¿No había motivo para que nos volviéramos locos con nuestro jefe? ¡Ah, muchachos, si hubierais estado allí cuando recorrió el campo de batalla mandando recoger los heridos!
Había realizado un esfuerzo enorme escribiendo para los periódicos de España y América numerosos artículos, un cuaderno todas las semanas de mi Historia de la Guerra y dos novelas, Los cuatro jinetes del Apocalipsis y Mare nostrum. Además hice muchas traducciones y otras labores literarias obscuras para la propaganda en favor de los Aliados.
De aquí que todo poder dinástico y toda aristocracia hereditaria sean los aliados naturales de alguna religión, es decir, de la forma particular de instrumentación del terror a lo desconocido de que proviene o en la que descansa su autoridad o su superioridad extra personal.
Tan porfiado y sangriento fué el combate entre los moros y los manobos aliados defensores de aquel punto, que el campo quedó cubierto de cadáveres y gran número de combatientes perecieron en los pantanos. Por aquellas fechas nuestras armas realizaron hechos gloriosos en la costa N., por más que el resultado en definitiva no resultase satisfactorio.
Me lo han dicho personas que pueden saberlo... De no ser así, no me hubiese comprometido á darles ayuda. Lo afirmó varias veces, de buena fe, con una absoluta seguridad en las gentes que le habían hecho la promesa. Echarán á pique, si pueden, los navíos de los aliados que están en los Dardanelos. Pero ¿qué nos importa eso?... ¡Es la guerra!
Pasando de la jurisdiccion suprema del reino de Borgoña á la del imperio germánico, vivió durante siglos en lucha constante contra los obispos y sus aliados los nobles, forcejando por asegurar su libertad y sacudir la dominacion eclesiástica.
Malos vientos corren hoy para esa literatura patriarcal; pero aun conserva Trueba su público infantil, y además, ¿quién se atreverá a negar en todo el ámbito de las Provincias Vascongadas la exactitud de sus pinturas, que nos muestran allí un terrestre paraíso? Que se lo cuente a sus paisanos los Autrigones, eternos aliados de los Romanos, a quienes azuzaban contra nosotros.
En Montevideo, pues, se asociaron la Francia y la República Argentina europea para derrocar el monstruo del americanismo hijo de la Pampa; desgraciadamente, dos años se perdieron en debates, y cuando la alianza se firmó, la cuestión de Oriente requirió las fuerzas navales de Francia, y los aliados argentinos quedaron solos en la brecha.
Lo único que puede afirmarse, sin que presuma el que lo afirme de estar dotado de la facultad de regenerar o de curar, es que en el día más que en otras edades, conviene ser rico para ser fuerte, y conviene además ganar aliados y amigos, y no estar solos en el mundo. El valor heroico, puede hacer milagros; pero no debe fiarse en milagros la suerte y el porvenir de la patria.
He visto a cuatro alemanes que asían a Dubreuil, el gordo, amigo de los aliados; le han tendido en el banco de piedra que hay a la puerta de su casa, y uno de aquéllos, un hombre alto y delgado, le ha dado no sé cuántos estacazos en las costillas. ¡Je, je, je! ¡Cómo gritaría el muy bribón! Apuesto a que ha negado algo a sus excelentes amigos; por ejemplo, el vino que tiene del año once.
Palabra del Dia
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