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Actualizado: 11 de julio de 2025


Y levantando un coro de clamores Los demonios, al son de ronca trompa, Te arrojen donde yacen los traidores, Con infernal y con grotesca pompa! Alzaos del polvo inerte Vencidos, no domados, Cerniendo la melena Como soberbio leon; Alzaos, y ante los bustos De hermanos degollados, Levante un pueblo libre Su alejado pabellon.

Los admiradores se habían alejado de ella, puestos de acuerdo con maligna solidaridad. Estaban seguros de que al verse sola, en el aislamiento en que la habían dejado las mujeres por sus travesuras anteriores, volvería a buscarlos forzosamente, por tedio y ansia de diversión.

Tipo bien opuesto al de Adolfo, es Andrés Ruigomez, el autor de Silvestre del Todo, que no cuándo acabará una preciosa novela de costumbres que en Francia haria su reputacion y su fortuna; que hoy, alejado de la literatura, entregado á las nobles tareas del foro, quizá le reserva la suerte una existencia más desahogada y tranquila que la de sus compañeros, si bien todos éstos la mirarán siempre como propia y creerán que en su querido Andrés han mejorado de fortuna.

Doña Martina, el coronel, Romillo y Hojeda, formaban el núcleo de la tertulia, departiendo alegremente en torno de la mesa, mientras el señor de Rivera se mantenía un poco alejado de ellos con un periódico en la mano.

Acostumbrado a vivir en el mundo conjetural que se había forjado, estaba demasiado alejado del otro para discernir un solo tipo distinto. Nadie ha penetrado más profundamente en el pensamiento ni nadie ha desflorado más superficialmente al hombre.

Cuando éste se hubo alejado se aproximó al gitano y le dijo: Ya , señor, cuáles son sus intenciones, sus creencias, su voluntad; yo no abusaré de estos momentos que son preciosos; óigame: Hace una hora, ese joven, que es quizás el único amigo que usted tiene en el mundo, se arrojó a mis pies... Me lo ha dicho todo, sus crímenes, sus errores de usted... Luego me ha pedido que le proporcionara una última entrevista con usted que él quería tener a todo trance, y he consentido.

En el piso y los corredores habitaban entonces mi familia, los criados y los huéspedes. ¡He aquí la casita que por espacio de tanto tiempo nos cobijó bajo su sombría techumbre! ¡He aquí la morada de paz, la Jerusalén, como mi madre la llamaba! ¡He aquí el humilde y caliente nido que por tantos años nos preservó del frío, del hambre, de las lluvias y de las tormentosas tempestades del mundo!... Nido del que la muerte fue arrebatando, primero a mi padre, a mi madre después, y del cual se han alejado también los hijos, cada uno por su lado, los unos a un sitio, los otros a otro... algunos, a la eternidad.

En Villaverde se murmura de todos y de todo; se averigua qué hacen, y en qué se ocupan los demás; se lleva cuenta y razón de los actos de cada vecino; nadie ignora hasta lo más secreto de la vida de los otros, y quien vive más alejado de los mentideros que los hay a docenas, en boticas y tiendas de ultramarinos pudiera inventariar de memoria las ropas de quienes no pisan los umbrales de su casa más que por Corpus y San Juan.

Encontraba natural que Alicia llorase á su hijo, pero no que se hubiera alejado de él sin explicación alguna. Avanzó hacia el altar mayor, con el deseo de verla de más cerca. Un ligero movimiento de la orante le hizo retroceder. Era mejor que no le reconociese.

El tío Goro dirigió una mirada de reprensión á la indiscreta zagala. Cuando ésta se hubo alejado, D.ª Beatriz se despidió sin consentir que nadie la acompañase, dejando ordenadas todas las medidas necesarias para que Demetria se trasladase en breve plazo á Oviedo. El desquite.

Palabra del Dia

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