Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 24 de junio de 2025


Pero es igual; el primer advenedizo, el mozo de cordel de la esquina, el aguador que grita en este momento en la calle. Sacó del bolsillo las gafas, levantó ligeramente la cortina, examinó, a través de aquéllas, la calle de Beaune, y dijo al doctor: He ahí a un muchacho que no tiene mala cara. Tened la bondad de hacerle señas, porque yo no me atrevo a mostrar a los transeúntes mi rostro.

Preguntó el Corregidor que qué había hecho aquel mozo, que tan mal parado le llevaban. Respondió el alguacil que aquel mozo era un aguador que le llamaban el Asturiano, a quien los muchachos por las calles decían: "¡Daca la cola, Asturiano; daca la cola!", y luego en breves palabras contó la causa porque le pedían la tal cola, de que no riyeron poco todos.

Ayer noté yo bien marcadas en el felpudo de la entrada las suelas de unas botas de persona fina. Dicen que el aguador... ¡Qué aguador ni que niño muerto!... Y anteayer había en esa misma alcoba la impresión, , la impresión de una persona que aquí estuvo. No lo puedo explicar; era como huellas dejadas en el aire, como un olor, como el molde de un cuerpo en el ambiente.

Acabó de repasarles las espaldas, volvió, y llevóme a su casa, donde me apeé y comimos. Tenía mi buen tío su alojamiento junto al matadero, en casa un aguador.

Sebastián Romagné fue dichoso por espacio de tres meses; pero, al comenzar el verano, empezó a tener historia. Su corazón, largo tiempo invulnerable, fue herido por las flechas del amor. El antiguo aguador entregose, atado de pies y manos, al dios que perdió a Troya.

El desdichado notario regresó a su hotel maldiciendo como un condenado. De manera pensaba; que mis precauciones resultan infructuosas. Por mucho que me esmere en mantener y vigilar a ese bellaco de aguador, me jugará constantes trastadas, y seré siempre su víctima, sin poderle acusar nunca de nada; ¿a qué entonces, tantos gastos? Se acabó: ya estoy cansado: economizaré su pensión.

O ya fuese por esto, o porque la suerte así lo ordenase, en un paso estrecho, al bajar de la cuesta, encontró con un asno de un aguador, que subía cargado; y como él descendía, y su asno era gallardo, bien dispuesto y poco trabajado, tal encuentro dió al cansado y flaco que subía, que dió con él en el suelo, y por haberse quebrado los cántaros, se derramó también el agua, por cuya desgracia el aguador antiguo, despechado y lleno de cólera, arremetió al aguador moderno, que aún se estaba caballero, y antes que se desenvolviese y apease le había pegado y asentado una docena de palos tales, que no le supieron bien al Asturiano.

Llegóse a él, en esto, un mozo, y dijole al oído: Galán, si busca bestia cómoda para el oficio de aguador, yo tengo un asno aquí cerca, en un prado, que no le hay mejor ni mayor en la ciudad; y aconséjole que no compre bestia de gitanos, porque aunque parezcan sanas y buenas, todas son falsas y llenas de dolamas; si quiere comprar la que le conviene, véngase conmigo y calle la boca.

Por fin se dio con el domicilio del aguador, pero éste ya no vivía en él. Los vecinos refirieron que había hecho fortuna y vendido su tonel para gozar de la vida. M. Bernier dio una terrible batida por las tabernas y demás lugares de placer, en tanto que su enfermo permanecía sumido en la mayor melancolía.

Esperad un momento, que voy a avisar a un gendarme. M. Bernier contuvo este alarde de celo del buen auvernés, y explicóle, en pocas palabras, la clase de servicio que se pretendía que prestase. Creyó, al principio, que se burlaban de él, porque se puede ser un excelente aguador sin tener la más pequeña noción de rinoplastia.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando