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Actualizado: 2 de julio de 2025
Si faltaba en la carta una explícita alusión al desesperado propósito de su autora, tenía que parecer menos probable que nunca el que, una hora después, ésta se hubiera matado; pero ¿a cuál de los dos acusados se debía imputar el delito? ¿Se podía abrigar la esperanza de que la Condesa hubiera expresado en la carta el temor suscitado en ella por la amenazadora actitud de uno u otra? ¿No era más probable que la carta no fuese explícita en sentido alguno, y que, aun confirmando la angustia que embargaba a la infeliz, no anunciara la intención de ésta de morir?
Ferpierre volvía a sentirse atormentado por la duda: había momentos en que se preguntaba si no era su deber ponerlos en libertad; pero después, una sospecha que no había podido explicarse con claridad, algo de ambiguo en la conducta de los acusados, y más que en su conducta en sus expresiones, le aconsejaba esperar y seguir buscando.
El joven extendió el brazo, señaló con el índice al Príncipe y la extranjera, y dijo: Todos los presentes volvieron las atónitas miradas hacia los acusados.
I no traten los necios defensores que aun tiene el detestable tribunal llamado por antífrasis Santo, de decir que sus jueces no deben ser acusados de crueles porque ellos despues que condenaban al hereje lo declaraban no sujeto á su jurisdiccion, respecto á que por su delito se apartó de la Iglesia, constituyéndose bajo la sola potestad laical, i que cuando lo entregaban á esta no pedian que le fuese quitada la vida.
El delito es obra de la nihilista, si no ha sido cometido por Zakunine; ¡si la nihilista es inocente, Zakunine es el reo! ¡El apasionamiento de usted no constituye una prueba! ¡Mientras no me traiga usted una prueba más válida de sus apasionadas afirmaciones, por muy severos que queramos ser con los acusados, no podremos hacer otra cosa que absolverlos a ambos, por falta de indicios!
Su reconstrucción del drama era verosímil, pero nadie podía atestiguar que fuese verdadera, y en cuanto a la posibilidad del asesinato, ¿era en realidad insostenible? Después de haber desarrollado una de las dos hipótesis, debía examinar la otra, y a esta tarea se preparaba, con creciente antipatía hacia los acusados.
Guiado por esta clase de razonamientos, pensó Ferpierre en tentar una prueba: llamaría sucesivamente a los dos acusados, y a cada uno diría que todas las sospechas pesaban sobre el otro. La actitud de uno y otro podía ayudar al descubrimiento de la verdad. Y una vez más reanudó el interrogatorio de la Natzichet.
Tan grande era el afan de escomulgar en los inquisidores, que querian que los mismos judíos se escomulgasen unos á otros. Con esto se aumentaron el número de los acusados, de los presos, de los reducidos á cenizas, i en fin, de los robados.
Concretándome ahora al examen del libro del autor anónimo, y expresando aquí sobre él mi parecer franco y sincero; diré, para concluir, aunque me acusen como han sido acusados con frecuencia los jesuítas de tener la manga muy ancha, que los pecados y vicios que saca á la vergüenza el autor anónimo, si bien sería de desear que no los hubiese, no me mueven tanto á condenar la Compañía, compuesta de seres humanos, entre los cuales no puede menos de haber bastantes pecadores, como la carencia del espíritu elevado, amplio, civilizador y progresivo que la inspiró en mejores días.
El tajamar no tenía brazales ni curvas-bandas ni pescantes de amuras. En las esculturas de la iglesia de San Nicolás de Burgos están perfectamente acusados estos detalles. Véase el estudio especial de La vida en las carabelas. Véase el estudio sobre Armamento. No hay seguridad acerca del número de los tripulantes por discrepancia de los escritores de la época.
Palabra del Dia
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