Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 8 de mayo de 2025
El P. Enrique iba siempre a comer en casa de D. Acisclo, pero alegando que tenía que escribir o que estudiar, se quedaba a almorzar en su casa, donde su criado Ramón le preparaba y servía un frugal desayuno. También de la tertulia de por la noche, o ya se retiraba más temprano que de costumbre, o ya se retraía el Padre: pero esto no era de extrañar. Don Acisclo y Pepe Güeto le dieron el ejemplo.
Ya, más tarde, durante el almuerzo, en medio de los convidados, a la vista de D. Acisclo y del P. Enrique, y después de haberse serenado y repuesto de la primera emoción, doña Luz habló a D. Jaime con reposo; le halló dispuesto a todo, y como ella no tenía padre ni madre a quien consultar, ni él tampoco los tenía, ambos determinaron casarse sin ruido ni aparato, y lo más pronto posible.
Juan de Toledo, que acababa de confirmar las constituciones de su cofradía, fué en 1529 el primero que dispuso se acudiese á la sagrada imágen para implorar la clemencia divina en las públicas calamidades, y desde entonces comparte la Vírgen de Villaviciosa la proteccion y defensa de Córdoba con el arcángel S. Rafael, con los santos patronos Acisclo y Victoria, y con los demas célebres mártires del arzobispado.
El propio D. Acisclo creía, allá en el fondo de su alma, aunque rara vez se jactaba de ello por su extremada modestia, que había sido para con el marqués un dechado de fieles servidores. Así es que, en el año que vivió el marqués en Villafría, ya arruinado, D. Acisclo le sermoneó bien sobre su despilfarro e imprevisión, y el marqués le oyó siempre con respeto y hasta compungido a veces.
Venga esa carta de mi padre dijo doña Luz con visible emoción. Don Acisclo entregó la carta. Ella rompió el sello, la sacó del sobre, y sin decir una palabra más se puso a leer. No iría mediada aún la lectura, cuando doña Luz, que comenzó a leer sentada, se puso de pie manifestando intranquilidad. Don Acisclo, que lo observaba todo, receló algo malo al ver aquello, y dijo para sí: «¡Diantre!
Decía, pues, que en veinte leguas a la redonda, tomando a Villafría por centro del círculo o redondel, no había más honrado y virtuoso varón que su administrador: que el ahorro de cuatro mil duros al año que D. Acisclo se jactaba de haberle hecho era de la más rigurosa exactitud; y que por consiguiente todavía le salía deudor, en los veinte años que había administrado sus bienes, de algo más de 80.000 duros.
Cuente V., pues, conmigo para elegir diputado a D. Jaime Pimentel, y créame su afectísimo amigo». Tal era la carta de D. Juan Fresco que tanto alegró el corazón de D. Acisclo. Lo esencial era que D. Juan apoyase su empresa, fuese por lo que fuese.
Y por último observa otra combinacion no menos pintoresca de estos dos estilos con el greco-romano en los patios interiores del convento de los santos mártires Acisclo y Victoria, reedificado en tiempo de Felipe II. El patio principal que hoy subsiste, aunque ya muy arruinado, se presenta rodeado de ligera arquería latina de dos cuerpos: el inferior con capiteles dóricos, el superior con capiteles árabes y un antepecho corrido y perforado que conserva restos de azulejos de relieve.
Lo esencial, pues, es lograr la victoria con gran mayoría, y hacer ver que D. Paco es un trasto a mi lado». A este fin no quedó medio que D. Acisclo no emplease. Las elecciones debían ser en el otoño, y durante el verano vivió D. Acisclo en una fiebre de actividad. Recorrió a caballo todos los pueblos del distrito, que eran siete, ganando votos para su protegido y quitando parciales a D. Paco.
Acisclo y Victoria, Trinitarios Calzados, S. Agustin, etc. , nada apenas conservan ya de su original belleza: la cual se deduce de algunas escasas reliquias que ni el tiempo ni la ignorancia con su accion corrosiva han logrado destruir.
Palabra del Dia
Otros Mirando