United States or Uzbekistan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Al decir esto no pudo impedir que una ola de carmín tiñese de nuevo sus mejillas. Volvió, para disimular, la cabeza. Sus ojos tropezaron con los de Amalia, que se posaban sobre ellos lucientes, acerados. Contempláronse un instante. La boca felina de la valenciana se contrajo con una sonrisa. Fernanda quiso corresponder con otra tan falsa, pero no pudo.

Con la ayuda de los acerados dientes de los aparatos automáticos de Toselli, que á prevención llevábamos, arrancamos varias madréporas, cuyos brillantes colores desaparecían tan luego dejaban de ser acariciadas por las revueltas madejas de sus hermanas las marinas algas.

Estando de esta suerte apoderados Los Incas, los Pizarros allegaron, Y siendo del Perù bien enterados, La tierra en breve tiempo conquistaron. Los Guaranís sus dientes acerados Alegres con tal nueva aparejaron, Pensando que hartarian sus vientres fieros, De la sangre de aquellos caballeros.

Pero se irguió sobre sus piernas, vació en el bolsillo las monedas que tenía en la mano, se retiró un poco, como los carnívoros cuando van á dar el salto, y se abalanzó hacia su tía. Antes que ésta pudiera defenderse, los diez dedos puntiagudos y como acerados de su contraria estaban sobre su cara, pegados cual si tuvieran un gancho en cada falange.

Si la vida de los mares tiene algún ensueño, un ahinco, un deseo confuso, es el de la fijeza. El medio violento, tiránico, del tiburón, sus acerados asideros, ese arpeo sobre la hembra, la furia de su unión, dan idea de un amor de endemoniados.

Pero si los ojos no, el corazón lo vió con toda claridad. Quedó yerto, pegado al suelo. Sintió un desfallecimiento singular en las piernas como si fuese a caer. Mas prontamente la sangre hirvió dentro de su brioso temperamento de atleta. Tendiéronse sus músculos acerados y saltó sin tocar con las manos la paredilla de seis pies que cerraba la finca. Cayó en medio de la carretera.

Cerró su puerta con llave para bajar al comedor, y al entrar en él vió que Julio, a quien ella creía enfermo, estaba allí, espiándola con ojos acerados; y como fulgurase sobre ella una mirada sañuda, semejante a una maldición, acercándosele, serena y valiente, le miró retadora hasta hacerle inclinar la cabeza. Carmen pasó la noche en vigilia febril.

Pálida y convulsa resplandecía tan bella la muchacha, que Narcisa hubiera querido aniquilarla con sus ojos acerados, cargados de ira. Cuando la dejaron sola con su terror, se quitó con manos temblonas el alegre vestido blanco, y otra vez se abrumó bajo la tela sombría de su luto.

Y trató de dar la vuelta para huir; pero los dedos acerados del clérigo le retuvieron por un brazo. Al mismo tiempo don Segis, creyendo llegado ya el momento de entrar en fuego, le descargó con su bastón de ballena un garrotazo en las espaldas. ¡Socorro! volvió a gritar el desdichado.

Varios pájaros nocturnos, en quienes el poeta personifica los malos instintos, celosos de «Chantecler», quieren exterminarle, y para ello le preparan una emboscada, en la que un gallo inglés, de espolones acerados, ha de darle muerte. «Chantecler», sin embargo, triunfa de su enemigo, y sigue á su faisana al bosque, donde espera vivir libre de envidias y de rencores.