Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 10 de junio de 2025


No obstante, lejos de decir explícitamente «aceptamos», todos, y el primero el alcalde, dirigieron sus miradas inquietas á un rincón de la sala donde estaba sentado un viejo con calzón corto remendado, montera bajo la cual asomaban, entrecanos y nada limpios, dos mechones de pelos, uno sobre cada sien y de un palmo de largos, según la antigua moda, chaqueta al hombro y un garrote chamuscado con el que hacía garabatos sobre el polvo del suelo fingiéndose distraído.

Mano al bolsillo, apuesto doncel, repuso el otro. Aceptamos toda clase de moneda y en cualquiera cantidad que sea, desde una talega de ducados ó un puñado de doblas, hasta un solo cornado, si no podéis hacer mayor ofrenda.

Pasa revista á los árboles frutales, á ver cómo van cuajando. Las cerezas abundan. En cuanto á los perales, todavía no se sabe á punto fijo lo que darán; pero esta noble familia, que es sumamente cortés y atenta, manda en este mes, como regalo extraordinario, unas peritas sabrosas, que aceptamos con júbilo. San Juan las trae, las apadrina y les da su nombre.

¡Oh! ¡no me amas!... ¡me engañas!... Ya tenemos el magnífico aderezo... dijo doña Clara. Y aquí van otros diez... más ricos que aquel... ¿No creeréis que nuestro amor es interesado si aceptamos? Creeré que no me amáis si no recibís lo que os doy... lo que es tuyo porque eres mi hijo... lo que te doy secretamente porque no puedo dártelo de otro modo. Acepto, pues, madre mía.

Allí residía el ama de Marijuán, quien al presentarse a ella nos rogó que le acompañásemos, y esta apreciable señora, que era doña María Castro de Oro de Afán de Ribera, condesa de Rumblar, nos recibió con tanto agasajo, nos ponderó de tal modo la ruindad de las posadas y ventas de la villa, que no tuvimos por conveniente hacernos de rogar y aceptamos la hospitalidad que se nos ofrecía.

Cabalgando cómodamente sobre la teoría de que toda la vida es digno argumento para novelar, aceptamos los hechos más insignificantes y desabridos de la existencia ordinaria, y sobre ellos tejemos cualquier fábula. Así las novelas ó las obras dramáticas resultan, en la mayor parte de los casos, sin fuerza y sin interés, por más que los caracteres estén vigorosamente pintados.

Doña Inés nos odiaría si aceptásemos la proposición de usted; pero también nos odiará y nos declarará más la guerra si averigua que no aceptamos, pareciendo como que desdeñamos a su padre con infundada soberbia. Importa, pues, ocultar todo esto. Ahí devuelvo a usted su carta.

Sólo aceptamos como gobernantes á las mujeres que saben realizar el mismo milagro que realizaban en tiempos del despotismo masculino ciertas esposas á las que daban sus esposos poco dinero y no obstante mantenían su casa con un aspecto de abundancia y de regocijo.

Nada más diremos de las restantes obras del trágico, que se llama grande por cortesía; pero si este calificativo se funda en el mérito del Cid, no lo aceptamos sino irónicamente. Otras obras de Guillén de Castro. El Dr. Ramón. Antonio de Galarza. Gaspar de Avila. Miguel Sánchez. Mira de Mescua.

Yo no creo en nada; creo tal vez menos que . que todo lo que nos rodea es falso, convencional; mentiras que aceptamos porque nos son necesarias momentáneamente. admiras, como si fuese algo divino é inconmovible, la música y la pintura.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando