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Actualizado: 19 de julio de 2025
¡Sí, ya sé a qué atenerme al respecto!... Y ¡vive Dios! que tengo ganas de ver que se le trata con desprecio. Claro es que, si alguno de los dos debía aborrecer al otro, indudablemente ese alguno es él... él, que era mi único heredero, y a quien mi matrimonio ha despojado de la fortuna que le correspondía. Confío en que no sucederá lo que dices se apresuró a decir Cecilia.
Por eso rabiaba ella. En cuanto a Sariegos, que estaba presente, detrás de su mujer, también se puso a aborrecer de pronto a Emma, porque tenía la culpa de lo que en aquel momento su esposa estaría maldiciéndole y detestándole a él por avaro; y además, aunque parezca raro, también miraba con envidia el aderezo de la abogaducha.
Estas noticias volaban por el colegio y se comentaban entre risa y algazara. Pero los demás profesores, sus compañeros, no se reían; estaban indignados. Distinguíase entre todos el cura D. Juan, a quien no le faltaba más que esto para aborrecer de muerte al heterodoxo naturalista.
Hasta podía describir exactamente, con su gran poder imaginativo, cómo ocurrió el hecho. Y al transcurrir el tiempo, iba encontrando en su memoria nuevos detalles que añadir á la primitiva visión, todos de indiscutible veracidad. El comandante empezó á aborrecer de un modo definitivo todo lo que le rodeaba.
La señora del cuarto principal, compadecida, lo consiente: la del segundo, en vista de esa primera protección, no quiere chocar con la señora condesa: los demás inquilinos no son siquiera consultados. Así es que empiezan por aborrecer al zapatero, y desahogan su amor propio resentido en quejas contra las aristocráticas vecinas.
Mi divisa es: «Valor é Independencia.» Mi ley: «Aborrecer al opresor.» Mi religion: «La libertad del mundo.» Mi patria: «El continente de Colon.» Y sin tener mas tesoro Que mi barco y mi puñal, Primero daré la vida Que rendir la Libertad. Que ese pendon que brilla con la luna Jamás se abate ante bandera alguna.»
Mirando a Aldeacorba, decía: No volveré más allá... Ya acabó todo para mí... Ahora, ¿de qué sirvo yo? En su rudeza pudo observar que el conflicto en que estaba su alma provenía de no poder aborrecer a nadie.
La vida, por amarga que sea, es muy hermosa y amable; si tiene penas y dolores, tiene también dichas y alegrías, muchas, y yo quiero vivir, vivir para ti, mi Rorró; para ser dichosa si eres dichoso; para amar lo que tú ames y aborrecer lo que tú aborrezcas; para padecer si tú padeces, que en eso cifro mi dicha mayor. ¿No es verdad que tú no aborreces a nadie? No, estoy segura de ello.
Nada me importa que perezca el gobierno de las mujeres, que triunfen los hombres ó que la guerra sea interminable. Lo único que me interesa es mi amor. »Además, gentleman, este país me parece inmensamente triste y empiezo á aborrecer á los que lo habitan.
Seguía á quien huyendo la dejaba, Dejaba á quien amando la seguía; Por quien la despreciaba se perdía, 1095 Y á el perdido por ella despreciaba. Concierta, amor, si ya posible fuere, Desigualdad que tu poder infama: Muera quien vive, y vivirá quien muere. Da hielo á hielo, amor, y llama á llama, 1100 Porque pueda querer á quien la quiere Ó pueda aborrecer á quien desama.
Palabra del Dia
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