Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de junio de 2025
Añadiendo que desde ahora contradice una y muchas veces el que los españoles, que hubiesen de entrar á abrir el camino y poblar la ciudad de Osorno, hagan á los indios el mas leve daño, ni les tomen cosa ninguna de sus bienes, haciendas, ganados ni frutos, sin que primero se les pague, y dé satisfaccion equivalente: procurando que las compras y rescates sean á su voluntad y entera libertad; y pide que sean castigados aquellos que les hicieren mal tratamiento ó daño, como expresamente lo previene la ley 8.ª del antedicho título y libro de las Recopiladas de estos reinos.
Las adiciones que habian tenido que hacer los Sarracenos en su primitiva mezquita mayor habian sido tantas hasta entonces, y tantos los techados que sucesivamente habian tenido que ir añadiendo con la necesaria degradacion para facilitar los desagües, que apenas podia ya el pueblo musulman estar en pié bajo las últimas cubiertas del edificio, cuya capacidad obstruía por otra parte el gran número de pilares de madera en que aquellas se habian ido sosteniendo.
Nicolás, que estaba presente, no habría permitido tampoco zalamerías de amor ni besuqueo, y ayudaba a recoger y agrupar todas las cosas que habían de llevarse, añadiendo observaciones tan prácticas como esta: «Ya sabe usted que ni perfumes ni joyas ni ringorrangos de ninguna clase entran en aquella casa. Todo el bagaje mundano se arroja a la puerta».
Margarita rompió a reír, conteniéndose a duras penas, y la condesa, no obstante su preocupación, viose forzada también a soltar la risa, añadiendo a media voz: Con tal que no nos mande a la kermesse este utensilio...
Y así aquel día, añadiendo la ración del trabajo de mis manos, o de mis uñas por mejor decir, acabamos de comer; aunque yo nunca empezaba. Y luego me vino otro sobresalto, que fué verle andar solícito quitando clavos de las paredes y buscando tablillas, con las cuales clavó y cerró todos los agujeros de la vieja arca.
Quién aseguraba que era una duquesa perseguida por su marido; quién la tenía por una cualquiera de esas calles de Dios; y alguna, que la conocía verdaderamente, refería parte de su vida y milagros, añadiendo maliciosas invenciones.
Mientras hablaba, anduvo buscando algo en un cajoncito de la pequeña mesa-escritorio, y por fin sacó un objeto, añadiendo con profunda solemnidad: Usted conocía a Blair íntimamente, más íntimamente que yo, tal vez, en estos últimos años. Conocía a sus enemigos como también a sus amigos. Dígame, ¿ha tenido oportunidad de ver alguna vez el original de cada uno de estos hombres?
En la cuestión religiosa, las ideas de doña Lupe se adaptaban al criterio de su difunto esposo, que era el más juicioso de los hombres y sabía dar a Dios lo que es de Dios y al César, etc... Este estribillo lo repetía muy orgullosamente la viuda siempre que saltaba una oportunidad, añadiendo que creía cuanto la Santa Madre Iglesia manda creer; pero que mientras menos trato tuviera con curas, mejor.
Luego la miró con severidad, añadiendo lentamente: Al salir el sol, dos hombres van á matarse. Esto es un horrible disparate que me quita el sueño, y he venido á decirle: «Elena, evite usted tal desgracia.» Convencida ya de que no se trataba de Watson, respondió con mal humor: ¿Qué quiere usted que haga? Pueden batirse, si es su gusto... Para eso nacieron hombres.
Más adelante... cuando me parezca. Antes tengo que vivir aquí, para que me encuentre el que me busque. Pep tuvo un gesto de resignación: se desvaneció su alegría; pero estuvo próximo a asentir también a estas palabras, añadiendo que lo mismo hubiese hecho su padre y lo mismo creía él.
Palabra del Dia
Otros Mirando