United States or Western Sahara ? Vote for the TOP Country of the Week !


No os parezcáis á los tontos, que cuando les viene mal un negocio se emborrachan. Ponedme vino. Beberéis vos sola. ¡Queréis tener sobre ventaja! Ando delicadillo y no me atrevo con Yepes; bastante tengo con vos. Decís bien... pero yo necesito hacer algo. ¿Y os embriagáis? Dicen que un clavo saca á otro clavo; quiero ver si una embriaguez me quita otra. Y levantó el vaso.

Diego de Yepes y Fr. Gaspar de Córdova sobre las comedias.

El mágico prodigioso se representó en la festividad del Corpus el año 1631 en la villa de Yepes, si yo he descifrado bien el año del manuscrito del duque de Osuna. El gran príncipe de Fez hubo de escribirse en 1669, porque así lo persuaden presunciones muy verosímiles.

Acerca del tiempo que duraba el noviciado tenemos alguna duda. Aplicando Yepes este pasage á los usos prescritos para los novicios ó conversos, que es todo uno, concluye que las coronas se hacian al profesar, esto es, al terminarse el noviciado.

Véase el comentario á los cánones ó capítulos del concilio de Aquisgran que publicó Yepes al fin del tomo III de su interesante Crónica de S. Benito: en el cual se citan de contínuo ejemplos de prácticas y usos observados en los monasterios de España, en especial en el de S. Benito de Valladolid, en cumplimiento de lo preceptuado en dichas constituciones.

Bien: decid á Lerma que mi amigo quiere casarse con vos... ¡Deshonrarle yo!... Cuando median altos intereses, por todo se atropella. ¿Puedo fiarme de vos, don Francisco? ¡Fuego de Dios! ¿y para qué había yo de engañaros? A vos me entrego. ¿Veis como he hecho muy bien en que no trabáseis conocimiento con el blanquillo de Yepes? Ea, vamos, que ya es hora.

La Maritornes entró toda apresurada y solícita con dos sillas de pino. ¿Qué quieren vuesas mercedes? dijo el hombre, que se había quitado la gorra. Vino, mucho vino dijo la Dorotea. Sólo tengo blanquillo de Yepes. Sea el que quiera. El hombre salió. No os conozco, Dorotea dijo Quevedo. Tampoco yo me conozco á misma. Mirad que el blanquillo de Yepes es muy predicador. No importa.

Quien dude de este aserto puede consultar á Beato Renano en su libro II de las cosas de Alemania, á Alberto Crancio en su Metrópoli, á Jorge Braun en su Teatro de las ciudades, á Munstero en su Geografía, á Bocio en su libro 22 de las Señales, á nuestro P. Yepes en su Crónica de S. Benito, centuria 2.ª al año 640, y en otros muchos escritores tan respetables como estos.