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Es curioso el cánon 22 del concilio de Aquisgran, que previene todo lo que constituye el vestuario del monge. Encárgase en él al abad que á cada religioso los efectos siguientes: dos camisas, dos túnicas, dos cogullas, dos escapularios, cuatro pares de calzas, dos de calzoncillos, dos de zapatos.

Véase el comentario á los cánones ó capítulos del concilio de Aquisgran que publicó Yepes al fin del tomo III de su interesante Crónica de S. Benito: en el cual se citan de contínuo ejemplos de prácticas y usos observados en los monasterios de España, en especial en el de S. Benito de Valladolid, en cumplimiento de lo preceptuado en dichas constituciones.

No vamos por lo tanto á sacar á luz una nueva edicion de la regla de S. Benito y de los capítulos del concilio de Aquisgran; vamos solamente á trazar con rasgos caracteriscos una breve filiacion de los valientes soldados de la hueste benedictina, y solo por lo que interesa el saber qué especie de vida interior hacian bajo su santa bandera, aquella animosa monja que burlando la vigilancia del convento fué por entre las nocturnas tinieblas atravesando montañas, bosques, peligrosos barrancos, hasta llegar con el alba á la corte sarracena; aquella otra venerable abadesa, que salia á la ventana del muro divisorio entre las dos clausuras del monasterio Tabanense, para ver de agasajar á Jesucristo en la persona de sus pobres despues de haber gastado su gran patrimonio en fundar aquella casa; toda aquella legion de mártires en suma, arriba mencionada, que en los períodos de persecucion, y como por secciones, iba bajando de la Sierra á la orgullosa corte de los Amires á fortificar con su sangre los retoños de la cruz que presumian estirpar los infieles.

Pero el mismo cronista, esplicando luego el cánon 34 del concilio de Aquisgran, dice que lo que dejó ordenado S. Benito, y lo que se practicó por trescientos años, fué que los religiosos tuviesen un año de probacion antes de profesar: segun lo cual parece reconocer que el noviciado era de un año, y no de dos. Si la probacion y el noviciado no eran una cosa misma, la dificultad desaparece.

Por esta misma escrupulosa observancia de las constituciones escritas, observamos que la referida congregacion de Aquisgran inculca en muchos de sus cánones ó capítulos preceptos que desde los tiempos mas remotos vienen puestos en práctica en los monasterios españoles , y que los monges de otros paises de todo punto abandonaron.

El aspecto general de unos y otros debia ser próximamente el de los demas monasterios benedictinos de la cristiandad, sobre todo despues de la famosa congregacion de Aquisgran, celebrada el año 817 por disposicion de Ludovico Pio, cuyos capítulos ó cánones se hicieron obligatorios á cuantos vivian bajo aquella regla en el Occidente.

Pero confieso que al visitar la catedral de Aquisgran no pude ménos que hacer ciertas reflexiones amargas.

Todos confesaban que ni en Constantinopla, ni en Damasco, ni en Aquisgran habia maravillas semejantes... Y sin embargo el poderoso Titan mahometano no se por satisfecho.

De Aquisgran á Lieja se recorre una de las mas interesantes vias férreas que se conocen en Europa, tan interesante por el encanto y la variedad de los paisajes como por el mérito de las obras de arte que muestran la insuperable habilidad de los Belgas para la construccion de ferrocarriles.

Aquisgran era la última ciudad de la Alemania del Rin que debíamos visitar en nuestra primera excursion. Mas tarde narraré mis impresiones respecto de Espira y otras ciudades que no he conocido sino en 1860 al recorrer la Alemania meridional, central y setentrional.