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En el viaje que en 1455 hizo á Sevilla Enrique IV, El Impotente, acompañábale con su corte dicen los autores un número considerable de moros principales y ricos, los cuales gozaban de gran favor con el veleidoso monarca.

Quedamos, pues, que si la «primera actriz» es elegante y gallarda, la «segunda» deberá serle inferior, aunque no con exceso, ya que lo más seguro es que el corazón veleidoso del protagonista vacile entre ambas, y necesario será justificar estos momentos de indecisión sentimental.

Don Alonso amaba a Beatriz con amor ciego y tolerante de padre mundano. La educación que él la diera no había consistido sino en ceder a todos sus antojos, en seguir embobado todos los sesgos de su veleidoso espiritillo. Una caricia de aquella manita diablesca, un oportuno gimoteo, bastaban para que el ruego más descabellado le pareciese al hidalgo la más razonable exigencia.

Este joven sentimental y amante del saber se cansó de devorar en silencio aquel amor único y procuró ser veleidoso, aturdirse, y esto último poco trabajo le costaba, porque nunca se vio hombre más aturdido que él en cuanto una mujer quería marearle con una o dos miradas. ¡Todos, todos empeñados en que era un cartujo! Esto le desesperaba.

Bien que este fué el único triunfo que consiguieron aquel dia: corto en realidad, y que de manera alguna correspondia á la pérdida que habian sufrido en tantos y tan repetidos asaltos, en los cuales habian acreditado un esfuerzo y constancia que no podian jamas esperarse ni creerse de una nacion que anteriormente se habia considerado de un carácter veleidoso y débil.

Será un recuerdo de este día, que es el último dijo Raúl dando un suspiro. En efecto, se marchaba al día siguiente. ¡Pero cuánto camino recorrido en aquellos días, en sentido propio y figurado! ¡Cuánto camino por las carreteras de Normandía y en el corazón de Liette! Y es que el amor sincero es comunicativo, y, por primera vez, aquel amante veleidoso estaba sinceramente enamorado.

Pero yo luché y al cabo de poco tiempo de ese empeño de cerrar mi corazón a las aficiones que pudieran llegar a dominarle, agregado esto a la necesidad de viajar y variar de objetos, en que las revoluciones del principio del siglo habían puesto a mi familia, lograron hacer de el ser más veleidoso que ha nacido.

Naturalmente es inconstante y veleidoso, y ya quiere una cosa y ya otra, y vuelve a querer lo que antes no quiso, sin firmeza ni estabilidad en ninguna cosa, sin saber muchas veces qué querer, ni qué le conviene. Tal es el indio filipino ligeramente bosquejado." Los españoles filipinos

Dupont era veleidoso y tornadizo como un amante en sus apasionamientos por las gentes de la Iglesia.

Y advertir de lo que pasaba a Florela, era llevar más el espanto y la perturbación a aquella casa, y mostrarse cobarde huyendo el bulto al peligro, después de haberse mostrado veleidoso, cuando no libertino, mal apreciador y temerario de la valía de doña Guiomar; pues permanecer en aquella casa a cuya dueña había entregado al dolor y a la desesperación, también era cosa recia.