United States or French Polynesia ? Vote for the TOP Country of the Week !


, el de las Aceñas... Dicen que a las dos y media, poco más o menos, entraron nueve hombres enmascarados en su casa, molieron a palos al criado, amarraron a la señora y a la criada y a don Laureano lo degollaron... Antes creo que le hicieron sufrir mucho para obligarle a soltar el dinero... El buen señor no tenía más que doce mil reales, y ellos empeñados en que había gato escondido... Le amarraron por aquí, salva sea la parte, y tira que tira para hacerle cantar...

Carece de epitafio este sepulcro; pero los empeñados en saberlo todo conjeturan que aquellos personajes deben de ser un D. Gabriel de Anaya, que murió en América, y su mujer D.ª Ana, que finó sus días en un convento. La Catedral Vieja es la abuela de Salamanca, como la Universidad es su madre.

Esto, no sólo es en daño de los autores, porque andan perdidos y empeñados, pero, lo que es más de sentir, de los ingenios que las escriben; porque yo he hecho diligencia para saber de uno de éstos, llamado el de la gran memoria, si era verdad que la tenía, y he hallado, leyendo sus tratados, que para un verso mío hay infinitos suyos, llenos de locuras, disparates é ignorancias, bastantes á quitar la honra y opinión al mayor ingenio en nuestra nación y las extranjeras, donde ya se leen con tanto gusto

Tras un combate habíamos sufrido un naufragio; salvados de éste, nos vimos nuevamente empeñados en una lucha, que fue afortunada, y luego, cuando nos creímos al fin de tantas penas, cuando saludábamos a Cádiz llenos de alegría, nos vimos de nuevo en poder de la tempestad, que hacia fuera nos atraía, ansiosa de rematarnos. Esta serie de desventuras parecía absurda, ¿no es verdad?

Entonces fue cuando me puse a mirar, con verdadera y reposada atención, el consabido cuadro «desde lejos». Como «obra de arte», me parecía bellísimo; como realidad, no tanto; pero había que tener en cuenta la luz y los «adherentes» que me deslumbraban algo en mi observatorio, y la incesante y maléfica labor de los diablejos empeñados en que yo no saliera de Madrid y volviera a las andadas.

, tus ideas... tus reflexiones... tus sentimientos secretos... ¿A quién se los dices?... ¿Es a doña Polidora? ¡Dios mío! no, papá. No comprendo bien lo que entiendes por... Mi padre hizo un gesto de impaciencia. Vamos a ver... Hace seis meses que vives a mi lado, rodeada de hombres de talento y de valía... y todos empeñados en agradarte.

Este joven sentimental y amante del saber se cansó de devorar en silencio aquel amor único y procuró ser veleidoso, aturdirse, y esto último poco trabajo le costaba, porque nunca se vio hombre más aturdido que él en cuanto una mujer quería marearle con una o dos miradas. ¡Todos, todos empeñados en que era un cartujo! Esto le desesperaba.

El hermano del Rey y el que personificaba a éste en el trono, empeñados en una guerra a muerte, disputándose la persona del verdadero Rey, sin que el país se diera cuenta de ello, en medio de la más profunda paz y a las puertas de una población tranquila y confiada. Y, sin embargo, tal era en aquellos momentos la situación entre el castillo de Zenda y la morada de los Tarlein.

Apostados en ellos, lograron rechazar al Teniente Coronel de ejército, D. Manuel Campero, que á la cabeza de una columna de 1,500 hombres los atacó por su izquierda con denuedo y bizarria: pero los enemigos resistieron igualmente, sufriendo un fuego muy vivo de su fusil, porque estaban empeñados en sostener y defender un paso muy preciso por donde habia de subir.

Las rocas ofrecen formas tan extrañas y tan ricos colores, que la vista se encanta, se deslumbra. El primer observador inteligente fué Forster, compañero de Cook, que los vió empeñados en su obra. Cogiólos infraganti en su gran conspiración para levantar piano piano islas á millares, cordilleras de islas, y más tarde todo un continente.