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De este modo justificó la brusca partida de su marido, porque Godfrey se había dirigido derecho hacia la puerta, incapaz de decir una palabra más. Nancy y Godfrey se volvieron a su casa en silencio, bajo la luz de las estrellas.

A los recientes trabajos del doctor Curie, á sus esperiencias fisiológicas y á sus observaciones prácticas, debemos, por una parte, el conocer la propiedad de la brionia de desarrollar falsas membranas y exudaciones plásticas en la laringe, en la boca y otros puntos, alteraciones que ya Teste habia indicado y que Orfila justificó para el intestino recto; á Curie se debe tambien el que la brionia cure el crup y la angina pseudo-membranosa en doce horas, á la dósis de 6 á 8 gotas de la tintura.

Más de un alcalde justificó esta despoblación con supuestas invasiones piráticas, pero lo que no admitía duda, es que crecido número de cautivos, después de rescatados, volvían de nuevo al lugar de su cautiverio.

Dejándolos ir les dejaba perecer en su perfidia; prendiéndoles en las cárceles les dió tiempo, oportunidad y luz para conocer sus delitos y llorar arrepentidos su pecado, y en todo caso así justificó Dios en los unos su causa, y lució en los otros su clemencia.

Mares vivas tendidas y gruesas del Nordeste, vientos duros de aquel cuadrante, intermitencias huracanadas, cielo y horizontes cerrados, barómetros bajos, completa movilidad en la aguja del aneróide; esto agregado al color plomizo de las aguas, á la pesadez de la atmósfera, que por momentos se achicaba cerrándonos los espacios, y á la menuda llovizna que constituyen la garua intertropical, nos pusieron en verdadera alarma, alarma que se justificó con las voces de mando del capitán, que desde el puente gritó: ¡listas todas las guardias! ¡aclarar aparejos! ¡listos gavieros!

Al día siguiente el conde logró una entrevista con Amalia y le dio sus quejas por la escena de la noche anterior. La dama se manifestó amable, condescendiente, justificó su conducta por el bien de la niña. Luis observó, sin embargo, que hablaba de un modo particular: creyó percibir en la miel de sus palabras un dejo de amargura e ironía que le sobresaltó.

Ninguna causa positiva justificó el descenso y la caída; pero había prodigado su jovialidad ingénita hasta sentirse entristecido, y había trasvasado sus altruismos hasta ponerse egoísta y había dilapidado sus energías morales hasta caer exánime en la abyección y en el vicio.